El disco Parroquia es su primer ensayo de creación|Edward Ramírez quiere consagrarse como compositor de obras para cuatro

El músico Edward Ramírez quiere consagrarse como compositor de obras para el cuatro criollo. El instrumentista hizo su primer ensayo como creador en su más reciente producción discográfica, Parroquia, que salió a la venta en febrero de este año. El integrante del ensamble Kapicúa y C4 Trío está consciente de su responsabilidad con la música tradicional, pero defiende el abordaje de ritmos universales.

«Me inclino por la composición. Soy un instrumentista y la composición plasmada con este instrumento (el cuatro) es algo en lo que quiero hacer una carrera», confesó en una entrevista con el Correo del Orinoco.

«Como cuatristas debemos componer para este instrumento. Lo que normalmente se hace son versiones de temas tradicionales o no tradicionales», aseveró.

A mediano plazo, el artista ambiciona destacarse como creador de obras para el cuatro explorando las posibilidades rítmicas y traspasando las limitaciones melódicas del instrumento nacional. «Esa es una de mis metas».

Según Ramírez, en Parroquia plasmó su «forma de ver el cuatro» mediante una serie de composiciones que ha realizado a lo largo de su carrera. El álbum tiene en total nueve composiciones de las cuales ocho son del músico caraqueño inspiradas en los ritmos tradicionales venezolanos y un tema del también cuatrista Héctor Molina.

«Es un trabajo que hemos estado moviendo y nos va súper bien», contó sobre este disco que contó con la colaboración de Roberto Koch en el contrabajo y de Carlos “Nené” Quintero en la percusión.

Viene más de C4

El trabajo junto a C4 Trío le ha impedido a Ramírez programar una gira nacional para promocionar Parroquia. No obstante, no ha renunciado a la idea de llevar su disco al interior de Venezuela.

«Este año hemos tenido bastante trabajo con C4 Trío y me he volcado a las cosas que pasan con la agrupación», agregó.

Con este grupo integrado también por Jorge Glem, Héctor Molina y el bajista Rodner Padilla trabaja en la preproducción del cuarto disco de C4 Trío, que presentará al cuatro con música más «universal», mediante el abordaje de diferentes géneros.

El último disco de esta agrupación, Gualberto+ C4, que se pasea por el repertorio y la voz de Gualberto Ibarreto, lanzado a finales del año pasado, fue merecedor de tres premios Pepsi Music en las categorías Disco Música Tradicional del año, Artista Tradicional Vocal y Canción de Música Tradicional Vocal del año por el tema La Carta.

«Esto nos alegra muchísima, porque es buenísimo porque la gente está viendo hacia adentro, hacia lo que está pasando en nuestra música venezolana», comentó.

«Tenemos muchos proyectos en puertas», adelantó el músico.

«Por ser cuatrista uno tiene la responsabilidad de conocer las tradiciones y eso es lo que hemos procurado. En mi disco hay muchos géneros tradicionales con un tratamiento distinto, porque somos gente que escucha todo tipo de música», explicó.

Para Ramírez el cuerpo sonoro criollo tiene un sonido que pueda ser reconocido en el mundo: «Esto es necesario para que alguien que escuche el cuatro desde afuera sienta que es un instrumento universal».

En potencia

Opinó que los músicos de su generación y que participan en la Movida Acústica Urbana (MAU), un colectivo integrado por ensambles venezolanos, luchan por ser conocidos fuera de las fronteras de la patria de Bolívar. «Creo que esa es la misión de todos nosotros».

A propósito de la celebración del Año del Cuatro por la declaratoria de este instrumento como Patrimonio de la Nación, Ramírez cree que se debe implementar una política fuerte que lleve la musicalidad y los talentos nacionales a festivales internacionales a los que asisten productores. «Hace falta la presencia de Venezuela como potencia musical» en el extranjero. «Esta es una de las cosas que hay que hacer», insistió.

Mencionó que hace tres años la MAU hizo el esfuerzo de mostrar la música venezolana en el festival World Of Music, Arts & Dance (Womed) con un pequeño stand al lado de países latinoamericanos como Colombia y Brasil, que contaban con grandes espacios para promocionar su música. «Eso hace que ellos tengan más presencia. Este es uno de estos festivales a los que van grandes productores. Es triste que como venezolanos no estemos en esos sitios donde se pauta la música. Estas son cosas que faltan por hacer».

Las acciones dirigidas a promocionar la sonoridad de Venezuela en otras partes del mundo es propicia, particularmente ahora, cuando la música nacional pasa por un «momento muy importante» con diversos cuatristas dedicados a la investigación, el desarrollo como ejecutantes solistas o acompañantes, experimentación con las composiciones, aumento de la formación académica de las y los músicos. «A nivel tradicional están pasando cosas y es necesario que sean más conocidas», celebró.

Ramírez destacó la labor del joropero Yustardi Laza, el mandolinista cumanés Morocho Fuentes, cultor del joropo oriental; la agrupación Camuare y a Mónico Márquez y su grupo Estribillo. También músicos que están fuera de Venezuela como el flautista Marcos Granados. «¡Hay tantos ensambles que siguen sumando para este mundo de la música instrumental!», exclamó.

Recalcó que además se debe dar más apoyo y difusión a la música oriental y al joropo tuyero, que ha sido opacada por otros ritmos populares.

Texto/ Várvara Rangel Hill
Foto/ Héctor Rattia-Archivo CO