La Fuerza Aérea de los Estados Unidos (EE.UU.) desplegará la próxima semana un nuevo escuadrón militar conformado por doce aviones de combate, modelo F-16CM, y hasta 240 pilotos en la base aérea estadounidense de Gunsan, a 274 kilómetros al sur de Seúl, en Corea del Sur, como estrategia para “mantener la estabilidad en la región”.
La agencia surcoreana Yonhap destacó que este escuadrón tiene previsto, inicialmente, permanecer en el país asiático al menos tres meses, para realizar operaciones de “vigilancia” conjuntas con otro batallón similar que arribó en noviembre pasado, compuesto por 12 aviones F-16CS y 200 pilotos militares.
El comandante de la Séptima Fuerza Aérea, teniente general Jan-Marc Jouas, realizó el anunció a través de un comunicado, que esta operación busca también reafirmar el compromiso de EE.UU: “de ofrecer el poder y capacidades adecuados de combate aéreo en la defensa de la República de Corea».
En total, Washington mantiene unos 28 mil 500 efectivos militares en Corea del Sur, aliado fundamental de occidente, para defender al país en caso de una hipotética agresión de Corea del Norte, nación esta última considerada como enemiga.
Los gobiernos de Seúl y Washington se mantienen en alerta militar ante el riesgo de posibles inestabilidades en Corea del Norte, derivadas de la sucesión de poder, que desemboquen provocaciones militares del régimen norcoreano.
Corea del Norte vive un proceso de transición de poder, del fallecido líder Kim Jong-il, que murió el pasado 17 de diciembre, a su hijo Kim Jong-un, confirmado como nuevo líder y «comandante supremo» del Ejército, quien recientemente aseguró que no mejorará las relaciones con el vecino del sur.
Ya Sur Corea y EE.UU. Habían anunciado, días atrás, su intención de incrementar el número de ejercicios de entrenamiento conjuntos. Este plan de acción, hasta la fecha, sólo tiene previsto realizar una única maniobra militar conjunta al año, aunque no descartan la posibilidad de efectuar otras adicionales.
Según el Comandante de la Séptima Fuerza Aérea, ambos Estados esperan que estos ejercicios militares convenzan a Corea del Norte de que “cualquier ataque tendría consecuencias”.
El Tratado de Defensa Mutua entre Corea del Sur y EE.UU. Se firmó al término de la Guerra de Corea en 1953, establece un sistema de defensa combinada y compromete a Washington a defender a su aliado ante eventuales amenazas de Corea del Norte.