Dice un viejo refrán que la culpa es huérfana. Algo así le sucede a la deuda: ahora resulta que nadie tiene responsabilidad por ella.
Llevamos décadas haciendo lo mismo. Se le dan “incentivos” a los inversionistas extranjeros para que hagan negocios en Puerto Rico (PR): de 0 al 4% de contribuciones sobre el capital que generan; subsidios en la electricidad, agua, pagos de nómina; acceso a tierras y plantas con pagos a veces irrisorios en concepto de rentas o de venta. ¿Produjeron los empleos masivos que prometían? No. ¿Reinvirtieron parte significativa de las ganancias en el país? No. ¿Fueron responsables con el medio ambiente de PR? No.
Esta política de “desarrollo económico” lo que ha producido es extracción de capital producido en el país, emigración, falta de liquidez para las operaciones del Gobierno, privatización de bienes públicos, explotación de recursos naturales, contaminación ambiental, destrucción de todo el comercio local, destrucción de la agricultura, la ganadería y la avicultura y, finalmente, lo denunciado por décadas desde el movimiento independentista: la quiebra.
¿Quién debe responder por este desastre? Los que ostentan la soberanía de PR, el Congreso de Estados Unidos y los representantes de sus intereses en PR, porque todo lo que se ha hecho aquí ha sido con el beneplácito y apoyo de los de allá.
Pongámosle un valor a los daños que hemos sufrido como consecuencia de esta relación colonial que después de 117 años nos ha dejado entre los lobos de Wall Street y los buitres de los “hedge funds”. ¿Cuánto valían las empresas nativas? ¿Cuánto nos cuesta no producir nuestros propios alimentos y tener que importarlos en la Marina Mercante de EEUU? ¿El agua que consumieron y consumen las bases militares? ¿La contaminación ambiental dejada por el Departamento de Defensa, las petroquímicas y las farmacéuticas?
¿Quién le debe a quién? Ni saldando los 73.000 millones de dólares y la deuda de las corporaciones públicas, EEUU llegaría ni cerca de pagar la deuda que tiene con este pueblo. Tienen una deuda económica y moral con este pueblo. ¡Es hora de que la asuman y la paguen!