Lo dicho, los abstencionistas son electoreros.
No votan, pero crean un observatorio electoral para ver la vaina.
El sistema venezolano les brinda irresistibles formas de votar y de votos.
Veamos: voto válido, voto nulo, voto blanco (no hay voto negro, caprichos del racismo),
voto oculto (el que no aparece en las encuestas y el día de la cosa echa un vainón, como en Bolivia),
voto secreto (aunque aquí todo se sabe), voto abstencionista (el de AD, que llamó a la abstención y sacó 4 gobernaciones),
voto duro (el irreductible), voto blando (el que no aguanta dos),
voto remolcado, voto cruzado (algo así como un sancocho con res, pescado y mortadela),
voto asistido (no me toquen ese vals).
Esta oferta plural y multicolor, única en el mundo, no la resiste ningún abstencionista.
Los verás el 6D.
El kiosco de Earle: Abstencionismo asistido
