El terremoto de los últimos días con epicentro en París, parece que no ha tenido onda expansiva en Valdebebas. Han pasado ya unos días y la tranquilidad sigue presidiendo todos los movimientos del Real Madrid.
Nadie oculta que el gran objetivo durante los últimos años ha sido Kylian Mbappé, pero eso no significa ni mucho menos que la hoja de ruta marcada haya variado lo más mínimo. No es un problema de la entidad madridista y como tal asisten a todo lo que está sucediendo como meros espectadores, al menos de momento.
La idea de los dirigentes o por lo menos lo que transmiten es que la idea inicial era la de observar el mercado, esperar posibles oportunidades y proceder si la plantilla, una vez la pretemporada en marcha, mandara mensajes de la necesidad de incorporar un nueve. En momento alguno se ha pretendido transmitir la necesidad de fichar sí o sí a una referencia arriba más allá de la llegada de Joselu, aunque también reconocen que en las reuniones mantenidas entre dirigentes, técnico y dirección deportiva sí que se habló de la posibilidad, con Kane en primer lugar, Lautaro y Firmino, opción esta última descartada, como también lo de Havertz, del que no se ha hablado nunca.
En el caso de Kylian Mbappé y olvidando la necesidad o no de incorporar un nueve, el Real Madrid no se siente con obligación alguna. Tal y como informó MARCA en su momento, la entidad madridista tenía y tiene muy claro la manera de proceder con el francés y, especialmente, con la entidad parisina. En el caso del primero, siempre han tenido claro aquello de esperar al 2024, más concretamente al 1 de enero para intentar sellar un compromiso con validez para el 1 de julio del citado año. De no llegar esa firma, no iba a repetir el error de 2022.
La situación con respecto al PSG, siempre ha sido muy clara: » no hay sitio para la negociación». Lo cierto es que la relación entre los dos clubes está rota y mucho tendría que girar el tema como para pensar en un cambio de escenario y de ver cara cara a Al-Khelaifi y Florentino Pérez.