Según un comunicado difundido este miércoles por la presidente de la Cámara baja, Laura Boldrini, «una vez interpelado el presidente del Senado y bajo la invitación del presidente de la República, la sesión del Parlamento, que incluirá a los representantes regionales, podrá celebrarse el 18 de abril».
La elección del nuevo mandatario adquiere una relevancia especial debido a la delicada situación que atraviesa Italia, sumida en una parálisis política tras las elecciones de finales de febrero, que no le dieron clara mayoría a ninguna fuerza política.
Per Luigi Bersani, líder de la coalición de centro izquierda, obtuvo un ajustado triunfo en esos comicios. Por las particularidades del sistema electoral italiano, obtuvo la mayoría en la Cámara de Diputados, pero no en el Senado. Y fracasó en su intento de acordar un programa con otras fuerzas.
Así, ante el recelo demostrado por los partidos a ceder en sus posturas en lo que concierne a la formación del nuevo Ejecutivo, lo que han dejado al país en una situación de bloqueo, todo parece indicar que la elección del nuevo presidente de la República llegará antes que la formación del Gobierno.
En la elección del presidente de la República participan en una sesión conjunta las dos Cámaras del Parlamento, así como tres representantes de cada región elegidos para la ocasión por la Junta Regional, por lo que habrá un total de 1.007 electores.
Napolitano, cuyo mandato dura siete años, convocó a un grupo de «diez sabios», a quienes comisionó para intentar sacar al país de su parálisis.
El octogenario presidente contó que el trabajo de los «sabios» durará como máximo de ocho a diez días y aseguró que no tienen la responsabilidad de indicar cómo debe ser el próximo gobierno. Lo que han de hacer es identificar cuáles son las cuestiones más urgentes por afrontar y estudiar el consenso de los partidos respecto a estos temas.