El Gobierno estableció este jueves la emergencia agrícola para la central Región de O’Higgins a causa de las afectaciones provocadas por fuertes heladas, mientras la Asociación de Exportadores de Fruta (Asoex) solicitó decretar Catástrofe Nacional.
La fase de emergencia permitirá disponer de mayores recursos y coordinar las acciones necesarias que vayan en ayuda de los productores y agricultores locales afectados, según anunció el ministro de Agricultura, Luis Mayol.
El titular, sin embargo, se mostró contrario a decretar la catrásfrote, que es una atribución presidencial en conjunto con el Ministerio del Interior.
«La catástrofe lo declara el Ministerio del Interior y tiene que ver con otras cosas. Catástrofe, por ejemplo, tenemos declarada en la IV Región donde hay ocho años de sequía. Es para cuando hay un terremoto o una inundación», explicó.
En ese sentido, hizo un llamado a tener prudencia a la hora de hacer estimaciones respecto al impacto en las exportaciones y esperar el resultado del inventario total de daños, que debe estar listo dentro de unos 15 días.
El presidente de la Asoex, Ronald Bown, consideró que tomando en cuenta que el año pasado se exportaron unas 232 millones de cajas de fruta, la asociación estima que la pérdida podría ser de 50 millones de cajas, equivalente a unos 650 millones de dólares.
Las bajas temperaturas de días recientes, que en varios casos generaron nevadas, afectaron las regiones de Atacama, Coquimbo, Valparaíso, Metropolitana, Bernardo O’Higgins y El Maule.
Una de las cosechas afectadas es la del zapallo italiano, en proceso de siembra, así como las sandías y los melones, duraznos, kiwis, damascos, hortalizas, y a varias viñas, en particular las de cepas blancas.
Los más reconocidos viñedos en Chile se concentran en cinco zonas del centro del país: Maipo, Maule, Curicó, Rapel, Colchagua.
Alrededor de cinco mil toneladas de nueces perdió la industria del nogal a finales de septiembre. Un reporte de la Asociación de Productores y Exportadores de Nueces de Chile precisó que hubo huertos que perdieron más del 50% de su producción.
Como consecuencia de las pérdidas, se pronostica el incremento de los precios de muchos de los productos y el aumento del desempleo en la agricultura, ya que una buena parte de la mano de obra que iba a ser contratada para los cultivos, quedará cesante.