Los primeros funerales de las víctimas del tiroteo en la escuela Sandy Hook Elementary de Newtown, Connecticut, (noreste de Estados Unidos) empezaron este lunes. En la masacre murieron 20 niños, seis adultos, Nancy Lanza (madre del perpetrador de la masacre), y el asesino quien se suicidó al escuchar que la policía ingresaba en el recinto escolar.
Las familias de las víctimas enterrarán a sus muertos. Noah Pozner (6) y Jack Pinto (6) serán los primeros. Todos los niños asesinados en la escuela Sandy Hook Elementary tenían 6 ó 7 años. La directora de la institución, la psicóloga y cuatro docentes también murieron en el tiroteo.
Asimismo, las escuelas de todo el país empiezan a reabrir sus puertas a niños confundidos y temerosos, llenos de preguntas sobre por qué ocurrió la masacre y si están a salvo de que les ocurra lo mismo.
En una vigilia celebrada el domingo por la noche en Newtown, el presidente de EE.UU. Barack Obama habló sobre las fallas del país a la hora de proteger a sus niños y exigió cambios “en respuesta a los tiroteos con múltiples víctimas ocurridos en los últimos tiempos”.
Las Iglesias St. John’s Episcopal Church y la United Methodist Church, ambas cercanas a la escuela Sandy Hook, también ofrecieron servicios durante la mañana del domingo, así como la pequeña Trinity Episcopal Church, donde algo más de una veintena de personas se dio cita para recordar a las víctimas de la masacre.
Las 26 personas que murieron el pasado viernes durante el tiroteo en la escuela de Newtown se convirtió en una de las peores masacres jamás cometidas en un establecimiento escolar en los Estados Unidos.
El colegio cuenta con 626 alumnos matriculados, tiene una guardería y tras recibir a los niños cierran las puertas como medida de seguridad. A partir de ese momento sólo se podía entrar llamando a un timbre y con permiso. Sin embargo, un vocero policial reseño que Adam Lanza violó estas medidas y forzó su ingreso al centro educativo.
Medios internacionales indicaron que Lanza tenía algún trastorno del desarrollo, en concreto síndrome de Asperger, una forma de autismo.
El joven mató además de a su madre, Nancy Lanza, antes de llegar al colegio. Después se suicidó de un disparo con una de las armas que portaba, según coincidieron los medios estadounidenses.
Esta matanza ha sido calificada como la segunda peor que ocurre en un centro educativo de EE.UU., superada sólo por la que cometió en 2007 el estudiante Cho Seung en el centro universitario Virginia Tech, Virginia (este), donde murieron 32 personas.
Connecticut tiene una de las leyes más duras de posesión de armas de EE.UU., con reglas muy estrictas. Se requiere una licencia y para tener una de las utilizadas en el crimen hay que pasar un curso.
Posterior al hecho, alrededor de 100 personas protestaron frente a la Casa Blanca (sede de gobierno) exigiendo un mayor control de armas en el país.
La masacre de Connecticut se produjo dos días después de que un hombre abriese fuego en un centro comercial en Oregon (noroeste), resultando muertas dos personas con al menos cuatro heridos.
Una petición por internet ha llevado al gobierno de los Estados Unidos a legislar el acceso a las armas. La petición tuvo más de 25 mil firmas solo horas después de haber sido levantada. Dicho proyecto será debatido a partir de enero del próximo año.