La guerra es un conflicto de grandes intereses. La misma ocurre en distintos campos de batalla.
En Venezuela, los campos de batalla han ido aumentando.
Al campo de batalla mediático, se ha unido un campo de batalla económico, que ha sido construido por las personificaciones del capital, ante debilidades de la artillería económica no basada en el capital.
Sin embargo, las clases dominantes en el país y sus aliados internacionales, no reconocen la guerra, niegan que la hagan, la banalizan, pero efectivamente la hacen.
Un asunto estratégico en los combates son los puntos culminantes, definidos como aquel momento en el tiempo o en el espacio en que la potencia del atacante no supera la del defensor y ha de pasar a la ofensiva.
Lo económico, como campo de batalla de la guerra del capital contra el trabajo, expresado en lo cambiario, la especulación, el desabastecimiento son asuntos estratégicos en la confrontación, porque está orientada a la disminución de la legitimidad del Presidente de la República, para provocar descontento en la población, especialmente en los sectores populares.
El gran desafío es que nuestras propias acciones, convertidas en planes, programas, proyectos no adecuadamente diseñados e instrumentados se conviertan en nuevos puntos culminantes.
Porque su acumulación, puede convertirse en puntos decisivos, dando oportunidades a puntos decisivos, que confieren ventajas sobre los adversarios en la confrontación.
Caracas