Por Ana Cristina Bracho|Entre la guerra y la paz (Opinión)

A la luz de los acontecimientos el 2015 se presenta como un año complicado. El poder mundial se acomoda para el juego de riesgos, capitales y oportunidades que genera el provocar guerras en distintos frentes bajo el planteamiento que lo justo es hacerle la guerra a los injustos y que la paz de mañana exige la beligerancia del presente.

Así las cosas, los grupos poderosos juegan a impactar la memoria con consignas que mezcladas y repetidas permiten blanquear las camisas. Un buen ejemplo, es el nazismo al cual se le condena en discursos y se aplaude en la nueva Ucrania. Otros, hoy se ubican en Francia. Hay cosas sagradas que se prestan para ser manipuladas. Pues, evidentemente, la mayoría de las personas se declaran en contra del homicidio, rechazan el terrorismo y encuentran un importante valor en la libertad.

Es todo esto lo que parece meter en la licuadora el atentado en París por lo que puede ser la mecha para justificar acciones que, no reconociendo que la responsabilidad penal es individual visen condenar pueblos enteros del hecho de dos terroristas.

Ese es el riesgo que traen estas cosas. El odio parece alimentarse de una vieja realidad que nubla las relaciones entre el centro y la periferia. La vida de la gente depende de donde nace, que color tiene, que país habita, que profesión desarrolla. Por el lado de la profesión es sumamente interesante porque la ONU reconoce que el periodismo es una actividad de altísimos riesgos y poco ruido hacen los homicidios de periodistas en Colombia o en México.

Por ello, la pregunta es una vez ocurrido lo horrendo ¿qué decisión tomará, calles adentro, el Eliseo? Y, ¿qué decisión tomará, fronteras afuera? La opinión pública francesa aparece con dos voces, una que se identifica con “yo soy Charlie” y otra, que defiende la urgencia de salvar la República, posturas que le hacen un magro favor a la integración en Francia de los extranjeros, mayoritariamente árabes y puede significar un nuevo escalafón en una política cada vez más guerrerista de Francia, que sumisa a los intereses de Estados Unidos es líder por cuenta propia para atacar los países árabes y apoyar al Estado de Israel. Sin duda, este es uno de esos eventos que ocurrido en una sola casa a miles de kilómetros puede tender a mover las realidades de todo el planeta.

@anicrisbracho