Por su libro Gong (canto al Asia)|Entregan Premio Internacional de Poesía ‘Víctor Valera Mora’ al argentino Leopoldo Castilla

El poeta argentino Leopoldo Castillo recibió este miércoles el Premio Internacional de Poesía ‘Víctor Valera Mora’ en su V edición por su libro Gong (canto al Asia). «Nos honra tenerlo aquí con nosotros», expresó el ministro del Poder Popular para la Cultura, Reinaldo Iturriza.

Durante la actividad, realizada en la Fundación Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos (Celarg), en Caracas, y transmitida por el canal Venezolana de Televisión, Iturriza saludó a todos los organizadores del evento cultural.

«Es un premio que cada día adquiere mayor relevancia internacional (…) que Leopoldo Castilla esté hoy aquí da cuenta de eso», agregó.

El certamen fue concebido para reconocer la creación poética actual, fortalecer vínculos culturales en el escenario internacional y rendir homenaje a la memoria del insigne poeta venezolano Víctor Valera Mora. El Premio consiste en diploma y la cantidad de cien mil dólares o su equivalente en moneda nacional.

Por su parte, Castilla agradeció al presidente Nicolás Maduro, al ministro Iturriza, a las autoridades del Celarg, al jurado del Premio y quienes contribuyeron en la edición y realización del texto ganador.

«Es difícil para uno hablar de lo que ha escrito. La poesía anda por ahí tejiendo sus invisibles, y si se da la suerte, algunas veces no siempre uno es atrapado en su red, en esa trama nace este libro [Gong (canto al Asia)], al igual que otros que he escrito andando por muchos países, fui hilado por los caminos», expresó.

Se cuestionó acerca de lo qué pueden hacer «los modestos versos de un poeta» cuando la naturaleza está siendo destruida, a lo que contestó: «Lanzar una pequeña bengala que señale que podemos estar a las puertas de un suicidio colectivo».

«El hombre que es tierra no reconoce la tierra. Años tras años desaparecen miles de especies, en los últimos 40 años se han extinguido el 50% de los vertebrados, se derriten los hielos, se devastan los bosques y se agradan los desiertos», dijo.

Señaló que el hombre no se reconoce así mismo: «Ha llegado a extremos de una sádica crueldad, pensemos en las decapitaciones de los fundamentalistas que creen en las indiscriminadas muertes producidas por el narcotráfico en México, en la violencia de Las Maras en Centroamérica, de los sicarios en estas tierras, en la sucesión de exterminios y desolaciones como las de los africanos que mueren ahogados en las pateras o los que sufren a merced de la intemperie y el hambre en los campamentos de refugiados».

En ese sentido, pidió no reducirse a solo pedir la paz sino también a atacar la guerra desmontando sus aviesas justificaciones y sus falsos y trágicos escenarios. «Dicho todo ésto quiero aclarar que mi trabajo se hizo sin preconceptos con la naturalidad e inocencia  con la que se va construyendo la poesía y sin ninguna intención ni apocalíptica ni mesiánica», detalló.

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