Este miércoles|España descarta solicitar un rescate financiero a Europa

El ministro de Economía de España, Luis de Guindos, aseguró este miércoles que de momento este país renunciará a pedir un rescate financiero a la Unión Europea (UE), aunque dejó abierta esa posibilidad en un futuro.

«A día de hoy se ha decidido no solicitar esa asistencia financiera, que activaría el programa de compra de deuda soberana del Banco Central Europeo (BCE)», precisó De Guindos en una entrevista concedida a la emisora madrileña ABC Punto Radio.

El titular subrayó, sin embargo, que en caso de que Madrid recurra a ese mecanismo del BCE, la ayuda no sería similar a la de Irlanda, Grecia y Portugal, sujetos a estrictas condiciones macroeconómicas por la troika (UE, BCE y Fondo Monetario Internacional).

Nunca sería un rescate a la irlandesa ni a la portuguesa, remarcó el funcionario, tras insistir en que esta nación ibérica lo que necesita es que se eliminen las incertidumbres sobre el euro, moneda compartida por 17 de los 27 países de la UE.

«España ya fue rescatada en 2011», cuando el BCE compró deuda entre agosto y diciembre de ese año, recordó De Guindos, quien señaló que la petición de un hipotético rescate consistiría en otra intervención del supervisor monetario en los mercados para reducir los costes de financiación.

En otro tramo de la entrevista con la radioemisora se mostró convencido de que 2013 será mejor que este ejercicio, y en 2014 la economía retornará a la senda de crecimiento y volverá a generar empleo, aseveró.

Calificó de medicina amarga los drásticos recortes sociales y laborales aplicados en un año por el Gobierno del derechista Partido Popular para reducir el déficit público, al administrarse, admitió, de forma dolorosa para los ciudadanos.

Las últimas cifras sobre la situación española no son muy alentadores: la mala situación de los bancos, que ya recibieron miles de millones de fondos públicos, elevará la deuda en 2012 al 85,3 por ciento del Producto Interno Bruto y el déficit al 7,4 por ciento, lejos del 6,3 por ciento pactado con Bruselas.

A ello se añade una tasa de desempleo superior al 25 por ciento de la población económicamente activa (cerca de seis millones de parados), la tasa más alta del mundo industrializado.

Fuente/PL