Para nadie es un secreto que el tema de la violencia y el accionar del hampa es uno de los principales en el día a día de una sociedad que paga con vidas inocentes un largo proceso de descomposición social, ineficiencia y descuido que se ha tratado de frenar o revertir durante los últimos años.
Los acontecimientos recientes, de alto impacto, han soltado ante la opinión pública una avalancha de ligerezas dignas de revisar en estas líneas. Las redes, como siempre el escenario ideal para insultar o querer vender hipócritas cadenas de dolor; los medios amarillistas, rayando en el sadismo de la muerte con el fin de incrementar su tiraje y los canales de televisión haciendo lo que mejor saben hacer… Regocijarse en la muerte, hacer de ello un show y partidizar el tema de la violencia.
El trabajo de la corresponsal de CNN en Caracas, las horas que esta planta dedicó al asesinato de la actriz Mónica Spear, pero además los adjetivos y el hecho de sumarse al discurso radical contra Venezuela, simplemente son la peor muestra de falta de ética, manipulación y parcialidad que medio alguno tenga en su palmarés de coberturas. Peor aún es ver el circo montado en Telemundo y Venevisión que ahora repetirán las novelas donde participó esta joven y que le “echan las cartas” a sus fotos para saber si ese su destino.
Si hay un tema complejo es el de la violencia. Sus múltiples causas y consecuencias se pierden de vista, pero lo que debemos comenzar a hacer como sociedad es plantearnos el tema sin hipocresías, o ¿es que antes de disparar un delincuente pregunta si eres chavista u opositor? A esos políticos que pretenden figurar y desestabilizar les digo: “Seamos serios”, como dicen en mi barrio.