El departamento de Justicia de Estados Unidos (EE. UU.) anunció este lunes que se implementará una nueva política de venta de armas en cuatro estados fronterizos con la República de México.
Estas declaraciones se dan, tras el desastre que significó el operativo secreto Rápido y Furioso emprendido en México por agentes de la Oficina norteamericana para Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF, por su sigla en inglés) que permitió que miles de armas ilegales terminaran en manos de carteles de la droga de este país.
Ante esta nueva normativa, los comerciantes de armas de los estados de Texas, California, Arizona y Nueva México (todos fronterizos con México) tendrán que notificar a las autoridades cuando identifiquen compradores frecuentes de armas de alto calibre.
Esta exigencia debe aplicarse en la venta de dos o más rifles semiautomáticos que tengan cargadores desmontables y un calibre superior a 22 en un plazo de cinco días.
Con esta política las autoridades esperan que se generen unos 18 mil informes anuales, algo que podría ayudar a frenar el tráfico de armas hacia México.
Un informe del Consulado para asuntos hemisféricos (Coha, por su sigla en inglés) difundido recientemente en Washington afirma que el Gobierno del presidente Barack Obama »hace poco para enfrentar el problema” del contrabando de armamentos.
También señala que el 80 por ciento de las armas que se decomisan en México provienen de Estados Unidos (EE.UU.).
“Aunque el presidente Obama inicialmente prometió tomar una posición más dura contra el tráfico de armas, su gobierno hizo poco para enfrentar el problema”, enfatiza el texto.