La presentación se efectuará en el Celarg a las 5:00 pm|Este jueves se estrenará en Venezuela documental que visibiliza otra realidad de La Habana

Aunque todo comenzó con la presentación del cantautor cubano Silvio Rodríguez en el barrio La Corbata de La Habana, si al director y guionista -mexicano-cubano-guatemalteco- Alejandro Ramírez Anderson le preguntan quién es el protagonista de “Canción de barrio: Silvio Rodríguez en dos años de gira interminable” responderá, sin dudarlo, “el pueblo cubano”, ya que “desde el primer momento sabíamos que es el documental de la gente”.

El audiovisual será estrenado hoy en Venezuela, a las 5:00 pm, en el piso 6 del Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos (Celarg), con entrada libre.

Ramírez Anderson, en conversación con el Correo del Orinoco, afirma que hacer el documental con Rodríguez fue “una causalidad y no una casualidad, porque ya había hecho un documental con Silvio Rodríguez”. Se llama Hombre sobre cubierta y relata los cuatro meses que el artista pasó en alta mar. “Un compañero mío, Ernesto Pérez, y yo hicimos este documental y conocimos a Silvio”, refiere.

TOCARON LA PUERTA

La gira por los barrios comenzó “de una forma muy particular”, relata Ramírez Anderson, cuando el jefe de sector de la policía del barrio La Corbata le tocó la puerta a Rodríguez y le contó que estaban haciendo una labor cultural en la comunidad. “A Silvio le sorprendió, pero le gustó la idea” y decidió “dar este concierto en La Corbata”. En ese momento no sabía que se convertiría en una gira, la “gira interminable”, pero seguramente intuyó que podría ser el inicio de algo grande, y por ello le pidió a Ramírez Anderson que lo registrara. Fue el 9 de septiembre de 2015, tal como lo rememora.

“Nosotros llegamos minutos antes del concierto, montamos las cámaras y se filmó el concierto. Ahí quedó la semilla y Silvio organizó un segundo concierto, y también me pide que lo filme”, recapitula. Ya en el tercer concierto, explica el documentalista, el equipo se dio cuenta de que posiblemente se perdía “lo más rico que tenía este fenómeno, que es precisamente la situación de la gente en los barrios”.

Por ello, decidieron cambiar la forma de hacerlo, a fin de llegar un día antes, o el mismo día temprano, para ver la situación de la gente, conversar con algunos personajes, observar el montaje de las luces, ver cómo vive la gente y entrar a sus casas.

Gracias a esa decisión “dos años después teníamos 250 horas de grabación, entre concierto y comunidad, y decidimos hacer un corte y hacer Canción de barrio”, relata el realizador.

UNA POBREZA DIFERENTE

En los barrios de La Habana el equipo dirigido por Ramírez Anderson se encontró con algo de lo que se suele hablar poco: “Una realidad muy fuerte, que además muchos de nosotros pensábamos que eran casos aislados pero es una realidad creciente, es una realidad de mucha gente”.

No duda en afirmar que se trata de una situación compleja y contradictoria, “que tal vez la oficialidad cubana tardó mucho en nombrarla por su nombre, que es pobreza. Es la pobreza que hay en Cuba y tardaron en nombrarla de esta forma”.

Aclara, sin embargo, que es una pobreza diferente de la conocida en los países latinoamericanos. “En un mismo edificio puede vivir el hijo de un barrendero y el hijo de un viceministro, y van juntos a la misma escuela”, describe, y esto ya marca “una diferencia bastante grande, porque se convive entre todo el mundo”.

Ramírez Anderson subraya que la pobreza cubana “es de escasez material”, a diferencia de la de otros nacionales, que es también “espiritual, de conocimientos, de dignidad”. La gente, tal como lo percibe, sostiene que carece de cosas, pero “habla con propiedad, habla con conocimiento, habla con respeto”.

El documental ha molestado a mucha gente, y mucha gente también está contenta. “Ha tenido mucha aceptación” desde su estreno en 2014 en el teatro Chaplin y gozó de buena acogida en el festival de cine, pero aparte de esas presentaciones “no lo han pedido para que represente a Cuba en ningún lugar, no ha sido parte de muestras de cine cubano, aun cuando fue el documental más significativo de 2014 escogido por la prensa de crítica cinematográfica de Cuba”.

Señala que hay maneras sutiles “de invisibilizarlo”, y acota que en la televisión “ni soñar que se ponga una cosa así”. Pero en otros espacios se ha tomado como un material de debate sobre el momento de la realidad cubana.

La idea de Rodríguez va más allá del concierto en un barrio, puntualiza, ya que se busca “llevar una cultura muy fuerte y de muy buena calidad”. Al cantautor lo acompañan invitados en cada presentación, que pueden ser salseros, roqueros, rumberos “de muy alta calidad”, y “son artistas que están actuando para las personas que no pueden pagar un transporte o la entrada al teatro”.

El cantautor ha dicho que, mientras existan las condiciones que generaron la gira, él continuará su andar. “Él cree que la gira es interminable; de hecho, mucha gente la llama la gira interminable”, bromea. Y con él, Ramírez Anderson.

LA FRASE

“De repente están los grandes de Cuba en la puerta de su casa, o al abrir una ventana. Muchas señoras todavía con los rulos en la cabeza, o con batas de casa y en chancletas, viendo a Frank Fernández en el piano, a Omara Portuondo cantando y a Silvio Rodríguez con su grupo”.

EL RETRATO DE 30 PRESENTACIONES

El documental “Canción de barrio: Silvio Rodríguez en dos años de gira interminable” retrata unos 30 conciertos del cantautor en La Habana, precisa el director y guionista Alejandro Ramírez Anderson.

“La gira continúa. Hace una semana hubo un concierto. Se han hecho 68”, apunta el realizador. “Se ha ido a otras provincias: Se ha ido a Matanzas, se ha ido a Santa Clara, se ha ido a Cienfuegos, se ha ido a Holguín”, enumera.

“No hay un plan estructurado. Las cosas van saliendo dependiendo del momento, de los invitados, del apoyo de los gobiernos locales”.

Ahora se proponen “elaborar un material musical mostrando las grandes figuras que han ido a los barrios”, adelanta. Se hallan en pleno proceso creativo, y avizoran “un pequeño documental que resuma todo”, con pequeñas cápsulas.

EL DATO

700 horas de grabación tiene Alejandro Ramírez Anderson de los conciertos -y su contexto- del cantautor Silvio Rodríguez

Texto/Vanessa Davies
Foto/María Isabel Batista