Un mes y medio después de ser detenido por sorpresa en el aeropuerto JFK de Nueva York, Dominique Strauss-Kahn quedó en libertad con cargos pero sin fianza en un giro radical del proceso contra él por la presunta violación de una camarera de hotel en una decisión que puede tener amplias consecuencias políticas.
Durante ese periodo, Strauss-Kahn se vio forzado a dimitir de su cargo de director gerente del Fondo Monetario Internacional y se vio apartado de la carrera para ser candidato a las elecciones presidenciales franceses de 2012, para el que era el favorito de los sondeos.
La imagen de Strauss-Kahn saliendo del tribunal de Manhattan de la mano de su mujer, la periodista Anne Sinclair, con una sonrisa de oreja a oreja resume hasta qué punto la decisión de este viernes puede ser el inicio de la rehabilitación del político socialista francés.
Con todo, el juez federal Michael Obus ha querido dejar claro que esta decisión no supone que el caso esté cerrado. De hecho, Strauss-Kahn tendrá que comparecer el próximo 18 de julio y aunque se le ha devuelto la fianza de seis millones de dólares, su condición es de libre con cargos y se le ha retirado el pasaporte.
RETIRAR LOS CARGOS
A la salida del tribunal, los abogados de ambas partes continuaron su batalla mediática de cara a la próxima vista del tribunal.
El abogado de Strauss-Kahn, Benjamin Brafman, que hizo de la destrucción de la crebilidad de la camarera su principal línea de defensa, ha revelado que pedirá la retirada de todos los cargos contra su cliente. Mientras, los fiscales de Nueva York han anunciado que reexaminarán el caso pero que seguirán investigando a Strauss-Kahn.
En el otro lado, el abogado de la presunta víctima, Kenneth Thompson, ha asegurado que la versión de su defendida no ha cambiado en ningún momento y ha rechazado la versión del exdirector del FMI de que la relación sexual fue consentida.
Además, ha asegurado que la acusada cuenta con «pruebas materiales» contra el político francés.
NUEVOS DATOS
Thompson reconoció ante los periodistas que su defendida ha cometido errores, sobre todo al mentir sobre los datos de su solicitud de asilo, pero ha recalcado que eso no cambia el hecho de que ha sido violada.
Estas palabras están dirigidas directamente a la Fiscalía, que ha perdido la fe en la camarera guineana que habría sufrido supuestamente una agresión sexual de Strauss-Kahn en la habitación del hotel Sofitel de Nueva York.
La clave está en una conversación telefónica con un hombre encarcelado un día después del encuentro sexual con Strauss en la que ambos comentan de lo que podían ganar si acusase a Strauss-Kahn de violación. La conversación fue grabada.
Ese hombre, según los investigadores, fue arrestado acusado de tener más de 180 kilos de marihuana y está entre la lista de individuos que hicieron una serie de pagos al contado, alrededor de 100.000 dólares, en la cuenta bancaria de la mujer en los últimos dos años.
Los investigadores han averiguado que ella ha pagado cientos de dólares cada mes en facturas de telefóno en cinco compañias pese a que había insistido en que solo tenía un teléfono y que no sabía nada de los depósitos excepto que fueron hechos por un hombre que ella describió como su prometido y por sus amigos.