La desbordada ley de libre tenencia de armas en Estados Unidos, otra vez, ha marcado una cifra increíblemente alta de muertos y heridos por impactos de bala.
La cifra más chocante registrada corresponde a la ciudad de Chicago, donde más de medio centenar de personas han recibido disparos, de ellas seis han perdido la vida, durante el fin de semana que empezó el día cuatro de julio (festivo nacional por la independencia de EE.UU.).
En el incidente más reciente, según informó la NBC Chicago, un joven de 20 años perdió la vida en el mediodía del domingo dentro de un vehículo, después de que otro se le acercó y abrió fuego contra él.
Un incidente similar se cobró la vida de un muchacho de 18 años de edad en la mañana del sábado. El deceso de la víctima, que presentaba heridas en el torso y el cuello, fue declarado en un hospital cercano al lugar del tiroteo.
Otro incidente chocante ocurrió cuando las fuerzas del orden de Chicago dispararon contra un joven de 16 años de edad. La policía se excusó luego alegando haber recibido una llamada que informaba sobre un tirador en la zona.
En un comunicado emitido al respecto, la policía se justificó basándose en que el adolescente se ajustaba a la descripción del tirador y había apuntado además con su arma en dirección a los oficiales antes de ser asesinado.
Un nuevo estudio realizado por médicos estadounidenses demuestra que este país tiene la cifra más alta de armas de fuego y de muertes con estas que cualquier otro país desarrollado del mundo.
Los activistas opositores a las armas culpan a las leyes notoriamente liberales en los EE.UU. por el alto índice de violencia armada en el país, y al gobierno por no adoptar medidas para solucionar la preocupante crisis que azota a la nación.