Pekín y sus socios han disminuido el uso del dólar estadounidense en la financiación del comercio desde principios de 2022, declaró la primera subdirectora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Gita Gopinath.
«La participación de China en las importaciones de Estados Unidos se redujo en ocho puntos porcentuales entre 2017 y 2023 tras un recrudecimiento de las tensiones comerciales», dijo Gopinath durante un evento organizado por el Instituto de Investigación de Política Económica de Stanford.
Gopinath señaló que la cuota del país norteamericano en las exportaciones del gigante asiático ha caído aproximadamente 4 puntos porcentuales.
El crecimiento comercial medio ponderado intertrimestral entre los países de tendencia estadounidense y los de tendencia china durante el segundo trimestre de 2022 y el tercer trimestre de 2023 fue casi cinco puntos porcentuales inferior al crecimiento comercial medio, ponderado intertrimestral durante el primer trimestre de 2017 hasta el primer trimestre de 2022.
Gopinath comparó el cambio con una caída de dos puntos porcentuales en el crecimiento trimestral del comercio dentro de los diferentes bloques.
La fragmentación del comercio, en este sentido, podría reducir las ganancias de eficiencia derivadas de la especialización, la competencia y la difusión de conocimientos, señaló Gopinath.
Sin embargo, la funcionaria reconoció que el dólar estadounidense representa más del 80% de la financiación del comercio a pesar del aumento de los riesgos geopolíticos.
«Pese aumento de los riesgos geopolíticos, los últimos datos muestran que el dólar estadounidense sigue siendo dominante. Según SWIFT, representa más del 80% de la financiación del comercio, probablemente porque gran parte del comercio de materias primas sigue facturándose y liquidándose en dólares», observó Gopinath.
«Una fragmentación más costosa»
El Fondo Monetario Internacional (FMI) no ve aún señales claras de desglobalización, pero sí advierte sobre una creciente fragmentación en el mundo, dijo Gita Gopinath.
Subrayó que cada vez hay más signos de fragmentación: «Los flujos comerciales y de inversión se están reorientando según criterios geopolíticos».
«Pero sigue habiendo motivos de preocupación. La fragmentación del comercio es mucho más costosa esta vez porque, a diferencia del comienzo de la Guerra Fría, cuando el comercio de bienes en relación con el PIB era del 16%, ahora esa proporción es del 45%», aclaró.
Sin embargo, aseguró que «todavía no hay signos claros de desglobalización a nivel agregado».
¿Y las sanciones contra Rusia?
Cualquier acción relacionada con los activos rusos congelados por Occidente debe tener «suficientes fundamentos jurídicos» y no socavar el sistema monetario internacional, alertó la funcionaria del FMI.
«Si bien corresponde a los tribunales y jurisdicciones pertinentes determinar esto, para el FMI es importante que cualquier acción tenga suficientes fundamentos jurídicos y no socave el funcionamiento del sistema monetario internacional», dijo Gopinath.
También apuntó que la preocupación por el riesgo de sanciones a algunos países puede estar detrás del aumento de las compras de oro por parte de algunas naciones.
«La proporción de oro en las reservas de FX [divisas] del bloque chino ha ido en aumento desde 2015, una tendencia no impulsada exclusivamente por China y Rusia. Es importante destacar que, durante el mismo periodo, la proporción de oro en las reservas de divisas de los países del bloque estadounidense se ha mantenido prácticamente estable», observó.
«Esto sugiere que las compras de oro por parte de algunos bancos centrales pueden haber sido impulsadas por la preocupación por el riesgo de sanciones», dijo Gopinath.
Del mismo modo, aseguró que las reservas de divisas podrían reajustarse para reflejar los nuevos vínculos económicos y los riesgos geopolíticos. «Un sistema mundial con múltiples divisas de reserva podría tener varias ventajas, como un mayor conjunto de activos seguros y más oportunidades de diversificación de las reservas de divisas», aseveró.
Sin embargo, Gopinath subrayó que la estabilidad de un sistema de este tipo correría peligro sin una fuerte coordinación política entre todos los países emisores de divisas de reserva. «Esto no sería posible si el mundo está dividido en líneas geopolíticas», añadió.
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