Los partidos políticos dominantes no han logrado elegir presidente de la República en Italia en las dos rondas de votaciones llevadas a cabo este jueves en la Cámara de los Diputados.
La votación concluyó sin que ninguno de los candidatos alcanzara la mayoría de dos tercios requerida para sustituir al actual jefe del Estado, Giorgio Napolitano, cuyo mandato concluye el próximo 15 de mayo.
Sobre el que sería la opción favorita para ser seleccionado, Franco Marini (exsindicalista y miembro del Partido Demócrata – PD), se logró un acuerdo entre la coalición de centro-izquierda y de centro-derecha, que tienen como líderes a Pier Bersani y Silvio Berlusconi respectivamente; y aún así no alcanzó los 672 votos necesarios para ello.
Esta tarde comenzará otra votación con un complicado el panorama, pues la centro-derecha está planeando votar en blanco en la próxima votación, lo que haría poco probable que Marini pudiera salir elegido. Al menos hasta el cuarto escrutinio, a partir de la cual sólo es necesaria la mayoría absoluta de 504 votos.
Mientras tanto, la principal formación de centro-izquierda italiana se encuentra hundida por la polémica que generó poner a Marini como el candidato del PD. Es posible que Bersani, en un intento de calmar las aguas, decida cambiar de candidato, aunque tampoco le garantice la unión del partido en la elección.
La elección del presidente de la República italiana se realiza en una sesión conjunta de las dos cámaras del Parlamento y con 58 representantes regionales, lo que suma un total de mil siete electores, y en las tres primeras votaciones se necesita una mayoría de dos tercios (672 votos de apoyo), para ser elegido.
El presidente de la República de Italia representa la unidad nacional, por encima de las tendencias políticas y es elegido por el Parlamento en sesión común por un período de siete años; y tendrá la dura tarea de lidiar con la tensión de superar la crisis económica en la que se encuentra sumergido el país europeo.