París y Londres estudian la posibilidad de retirar a sus embajadores de Tel Aviv en protesta por la política expansionista del régimen de Israel, que pretende construir unas 3 mil nuevas viviendas para colonos judíos en Jerusalén Este (Al-Quds) y Cisjordania.
De acuerdo con los medios de comunicación israelíes, las autoridades francesas y británicas, al parecer, dan un paso más en su indignación ante la nueva medida del régimen israelí; es decir, pasar a la acción directa en vez de limitarse a simples condenas.
El Ejecutivo de Londres podría anunciar su decisión al respecto este lunes, mientras que se espera un anuncio oficial de las autoridades galas, según varios altos funcionarios europeos citados por el diario israelí ‘Haaretz’.
No solo el Reino Unido y Francia ven esa nueva orden de edificación como una “línea roja”, sino que incluso muchos de los países occidentales aliados tradicionales de ese régimen, muestran su indignación por tal decisión, tachada de la peor respuesta posible al reconocimiento de Palestina ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
El régimen israelí, pese a sufrir dos significativos varapalos, uno en su ofensiva contra Palestina en la guerra de 8 días y otro al ser reconocida esta como Estado observador de la ONU, se encona en su política contra el pueblo palestino: recientemente, de hecho, ha bloqueado la transferencia de cerca de 118 millones de dólares en ingresos por impuestos que recauda para el Gobierno palestino.
Una fuente de la oficina del primer ministro del régimen israelí, Benyamin Netanyahu, asegura que la administración israelí está planeando extender las medidas contra la Autoridad Palestina.
Últimamente llueven las críticas a las políticas israelíes, incluso de parte de los principales aliados del régimen, como es el caso de Estados Unidos, aunque no se sabe si estas declaraciones son meras palabras como hasta ahora o pasarán a la acción.