Desde los dieciséis años de edad Francis Rueda juega -muy en serio- a quitarse y ponerse máscaras, viajar hacia tiempos remotos y a veces futuros, para encarnar la palabra ajena, hacerla suya y ofrendarla al espectador atento o desinteresado. El teatro ha sido quizás el hogar que ha construido para habitar las vidas posibles que no puede vivir siendo solo Francis.
En una de las paredes de su cálido apartamento cuelga enmarcado un dibujo de una mujer, “Es Medea, soy yo”, recuerda. Un artista la retrató interpretando al personaje atormentado, y el gesto quedó inmortalizado como una poderosa presencia en el hogar.
Con la pieza teatral Encuentro con Francis Rueda, la actriz celebrará este domingo el Día Internacional de la Mujer -conmemorado el pasado 8 de marzo pero que se extiende durante toda la semana- en el patio de secado de café del centro cultural Pdvsa La Estancia a las 3:00 pm. Pero no solo Rueda rendirá un homenaje, pues es valido afirmar que esta conmemoración también la celebra a ella como mujer, como actriz, como artista y como trabajadora incansable.
El unipersonal demuestra con fuerza avasallante la trayectoria dilatada de una de las actrices más reconocidas y laureadas de Venezuela. La obra es una especie de collage -concebido por ella y por su esposo fallecido, el reconocido dramaturgo Gilberto Pinto-, que propone un recorrido por momentos cruciales de la vida de ocho personajes fundamentales en la vida artística de Rueda: mujeres con una gran determinación, dueñas de su destino. “Estas son unas mujeres aguerridas, mujeres con una gran fuerza, con voz”, expresa la actriz.
Encuentro con Francis Rueda tiene ya diez años rodando por todo el territorio nacional, es una de las obras más exitosas de su carrera. No solo es un manifiesto actoral de Rueda, sino también es un homenaje al difícil oficio de la actuación, a la tarea de encarnar a los más disimiles personajes.
Rueda tiene sesenta y siete años de edad -51 años en el teatro- con la suavidad, el candor y la fuerza de una jovencita. Es indetenible, está constantemente involucrada en proyectos cinematográficos o teatrales. Y aunque confiesa que es una bailarina frustrada, sencillamente su vida es inseparable del teatro, no ha sido posible, y no pretende que así lo sea, afirma.
OCHO MUJERES EN UNA
La obra teatral, una producción de Teatro del Duende, funciona como una especie de ritual, la actriz convoca a personajes que ha interpretado y que han sido fundamentales para su crecimiento como persona y como actriz: la mantuana Lucrecia, de la obra homónima de Gilberto Pinto; la prostituta Greta Garbo, de Oficina Nro. 1, de Miguel Otero Silva; Laurencia, de Fuenteovejuna de Lope de Vega; Ramona de El rompimiento, de Rafael Guinand; Medea, de la obra del mismo nombre original de Jean Anouilh-Eurípides; Clitemnestra, la versión de Carlos Moreán; Clov, de Final de partida, de Samuel Beckett y la guerrilera Brusca la rompe fuego, de Lo que dejó la tempestad, de César Rengifo.
La obra es de una sencillez poética. Un espacio vacío, un baúl del cual la actriz saca alternativamente, un elemento de utilería o de vestuario que identifica alguno de los personajes del conjunto anterior. La transformación ocurre cuando se coloca la peluca de Medea, el fusil de Brusca la rompe fuego o la boa de Greta Garbo. Esa sola acción basta para que la actriz haga gala de su versatilidad y profesionalismo.
Todas estas mujeres viven en el interior de Francis Rueda sin interrupción, encarnarlas no requiere grandes complejidades para la actriz. “Yo llevo esta pieza en la piel, en la sangre. Es parte de mi vida, me la pueden pedir para esta tarde y la interpreto sin titubear. La pasó al menos una vez cada semana. Es mía, soy yo”, explica la actriz quien piensa que el teatro debe conmover, hacer reír, pero nunca dejar indiferente al espectador.
Actualmente, Rueda contó que está trabajando en dos películas y en una obra del dramaturgo Gustavo Ott, Peludas en el cielo, que está dirigiendo el destacado Carlos Arroyo y que se estrenará pronto.
NUEVAS GENERACIONES
Francis Rueda valora como positiva las oportunidades que las mujeres han conquistado en las artes escénicas los últimos años. “Las nuevas generaciones tienen muchas más oportunidades para hacer teatro que nosotros, yo tuve grandes oportunidades, pero ellos ahora tienen más, tienen una universidad para las artes, y más formación, es maravilloso”, expresó y agregó que justo por ello, hay cada vez mejores espectáculos, “Hay cada vez más dramaturgas, más mujeres dirigiendo, más actrices, más mujeres produciendo espectáculos y en general desarrollándose en todas las disciplinas artísticas”, expresó.