El gobierno español ratificó este lunes su negativa a negociar la indepenencia de Cataluña, tras las elecciones de ayer en que los soberanistas ganaron la mayoría parlamentaria, pero quedaron por debajo del 50 por ciento de los votos.
El presidente del gobierno y líder del Partido Popular (PP), Mariano Rajoy, basó su posición en lo que calificó demostración de que los partidarios de la ruptura no tienen el apoyo de la mayoría al quedar algo por debajo del 48 por ciento de los votos.
En una declaración en el Palacio de la Moncloa, Rajoy llamó a las futuras autoridades catalanas a superar la fractura y consideró que las elecciones demostraron la existencia de una Cataluña muy plural, requerida de un gobierno regional para todos.
En tanto el secretario general del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), Pedro Sánchez, pidió al presidente catalán, Artur Mas, asumir que la mayoría de catalanes no es independentista.
Si algo demuestra la convocatoria electoral es que hay una Cataluña fracturada, rota por la mitad, apuntó Sánchez.
El candidato de Izquierda Unida a la presidencia del gobierno español, Alberto Garzón, consideró malos los resultados para la coalición de izquierda y ambientalistas en la que se integró su partido, al obtener 11 diputados, dos menos que en las pasadas elecciones.
Garzón, quien dio a entender fue un error de la alianza el protagonismo mediático de Podemos -también parte de la coalición-, consideró que las elecciones mostraron el deseo de dialogar y no confrontar de los habitantes de esa región del noreste del país.
De otro lado el líder de Podemos, Pablo Iglesias, calificó el resultado de decepcionante y lo atribuyó a la defensa de los derechos sociales en medio de una polarización entre partidarios y opositores de la independencia.
Con un salto de nueve diputados en 2012 hasta 25 en las elecciones de ayer, el líder del partido centroderechista Ciudadanos, Albert Rivera, afirmó que no se puede entender España sin Cataluña, ni gobernar sin un proyecto claro de soluciones para esa región.
Según su criterio, la votación significó la derrota de la vieja política española a partir de la ausencia de propuestas para Cataluña del bipartidismo (PP y PSOE)
Pese a estos criterios, los partidos independentistas catalanes expresaron que cuenta con legitimidad para la separación de España, aunque se evidencian diferencias en la perspectiva de formación de un nuevo partido.
Mientras Juntos por el sí, coalición de Convergencia Democrática y Esquerra Republicana de Cataluña (CDC-ERC) acordaron promover la reelección del presidente del gobierno, Artur Más, quedaron a seis escaños de la mayoría absoluta para poder lograrlo.
Para ello requieren el respaldo de los 10 votos de Candidatura de Unidad Popular, la otra formación separatista, que se expresó contra una declaración de independencia de no lograr más del 50 por ciento de los votos y ratificó que no apoyará la investidura de Mas.