La Comisión Europea (CE) fijó recientemente nuevos objetivos a este país para la disminución del déficit fiscal hasta los niveles exigidos por las autoridades comunitarias, lo cual implicará la aplicación de más «ajustes».
El ministro galo de Finanzas, Michel Sapin, explicó este miércoles que el plan presentado es un proyecto de presupuesto plurianual, en el que prevé nueve mil millones de ahorros suplementarios en dos años para compensar ingresos insuficientes.
Los cuatro mil millones correspondientes a 2015 corresponden a recortes en gastos de salud y protección social, a beneficios procedentes de la lucha contra el fraude fiscal y bajos intereses de la deuda.
En el caso de los cinco mil millones de 2016 resultarán de reducciones en la protección social y en los recursos destinados al funcionamiento de las colectividades locales.
Este programa, que será enviado a la CE antes de fines de abril, estará acompañado de un plan de reformas muy detallado, según se informó.
Acorde con lo indicado por las autoridades comunitarias a Francia, en 2016 deberá ubicar el déficit en el 3,4 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) desde el 3,6 demandado previamente.
Para 2017, año electoral en este país, el medidor deberá estar por debajo de los tres puntos estipulados. Según la Comisión, en el año en curso el déficit galo se situará en el 4,1 por ciento del PIB.
Acerca del nivel de endeudamiento expertos señalan que el débil crecimiento de la economía es uno de los elementos que más pesa sobre el incremento de una deuda pública que supera los dos billones (millón de millones) de euros.
En 1974 el débito de la nación era de sólo 12 por ciento del PIB; en 1981 alcanzó el 50 y ahora se acerca al 100 por ciento, bastante por encima del 60 establecido.
Analistas vinculan la compleja situación del mercado laboral al estancamiento del crecimiento económico como consecuencia de las medidas de austeridad aplicadas en la Eurozona para contener el incremento del déficit y la deuda pública.
Empero, lo cierto es que el Ejecutivo no ha logrado cumplir los objetivos estipulados por la Unión Europea. El incremento del desempleo y el deterioro de la confianza de los consumidores, están entre las consecuencias más visibles de las medidas impuestas a la población.