El Gobierno de México ofreció una disculpa pública a las personas que perdieron familiares durante la matanza estudiantil del 2 de octubre de 1968 en Tlatelolco, quienes que se manifestaban para pedir mayor libertad y democracia.
«Como gobierno de la transformación tenemos la responsabilidad de garantizar que se reconozcan los crímenes perpetrados hace 56 años y, por ese motivo, el Estado mexicano ofrece una sentida disculpa pública a todas las personas que perdieron a un ser querido, o a quienes fueron víctimas de los crímenes de lesa humanidad cometidos la noche del 2 de octubre de 1968», dijo la secretaria de Gobernación mexicana, Rosa Icela Rodríguez, en conferencia de prensa.
La funcionaria mexicana destacó que esto se realiza en honor a las familias que sufrieron la pérdida de un ser querido en ese acto.
«Nos dirigimos a las madres, a los padres, a los hermanos, a las familias y también a los sobrevivientes de aquel oscuro período, porque son ellos quienes se encargaron de mantener viva la memoria de aquellas atrocidades y continuar con la lucha y la exigencia de justicia», puntualizó Rodríguez.
Asimismo, se publicará un decreto donde se estipulan diversos lineamientos de reconocimiento, preservación de la memoria histórica y no repetición de los hechos. Este entra en vigor el día de su publicación en el Diario Oficial de la Federación (DOF).
«En nombre y representación del Estado mexicano, se reconoce políticamente que los actos de violencia gubernamental perpetrados el 2 de octubre en contra de integrantes del movimiento estudiantil fueron constitutivos de un crimen de lesa humanidad (…)», leyó posteriormente la consejera jurídica Ernestina Godoy.
Al respecto, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, señaló durante su primera rueda de prensa, evento cuyo nombre será «las mañaneras del pueblo», que esta estrategia inició en el sexenio de su antecesor, Andrés Manuel López Obrador (2018-2024), por lo que dará continuidad con esa acción.
«Las disculpas públicas de crímenes de lesa humanidad (…) engrandecen a los pueblos, reconocen [hechos] como este y, al mismo tiempo, pone un alto y dice ‘nunca más'», explicó.
El 2 de octubre de 1968, una manifestación de jóvenes fue reprimida en la plaza de las Tres Culturas, en la Ciudad de México, por las fuerzas de seguridad del Estado, por órdenes del entonces presidente Gustavo Díaz Ordaz, y el secretario de Gobernación, Luis Echeverría.
Los funcionarios federales pusieron un freno total al movimiento estudiantil que, por meses, puso en jaque a las autoridades mexicanas que se preparaban para ser anfitriones de los Juegos Olímpicos de ese año, a realizarse en el mes de octubre.
La cifra oficial, en su momento, fue de 20 personas muertas. Sin embargo, las estimaciones de las víctimas mortales, validadas incluso por la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), es de 300 personas fallecidas.