Este miércoles|Gobierno panameño y comunidades indígenas retoman diálogo por hidroeléctricas

La Asamblea Nacional de Panamá será este miércoles el escenario para la reanudación del diálogo entre el gobierno del presidente Ricardo Martinelli y las comunidades indígenas Ngöbe Buglé, que rechazan la construcción de hidroeléctricas en sus tierras.

Los pueblos originarios plantean la eliminación de concesiones hídricas dentro de sus comarcas, las regiones anexas y territorios aledaños, reseñó Prensa Latina.

Por su parte, las autoridades panameñas han declarado su compromiso a proteger los recursos hídricos pero sin renunciar a la construcción de las centrales, porque argumentan que darán grandes utilidades económicas al país.

Entre el 5 y 7 de febrero, las comunidades indígenas cortaban las carreteras en San Félix, región de Chiriquí, en rechazo a las iniciativas oficiales, por lo cual fueron duramente reprimidos por la policía, quedando como saldo dos muertos.

Durante esta jornada, los pueblos Ngöbe Buglé continuaban en duelo, tras el sepelio del joven Jerónimo Rodríguez Tugrí, primer indígena ultimado por los uniformados.

En tanto, el diario digital Crítica en Línea aseguró que el menor Mauricio Méndez murió por un trauma producido cuando una bomba lacrimógena lo impactó en la cara.

HIDROELÉCTRICAS EN LAS COMARCAS

En un informe entregado por la Secretaría Nacional de Energía (SNE) a los dirigentes indígenas, se detalló que dentro y fuera de las comarcas originarias existen 17 proyectos hidroeléctricos, pero solo cuatro en construcción: San Lorenzo, Barro Blanco, Tabasará II y Bonyic.

A esto se suma que ocho concesiones están en trámite, dos en diseño, una a la espera de contrato, otra en refrendo y una cancelada y pendiente de decisión en la Corte Suprema de Justicia (CSJ).

Según la SNE la suspensión de los proyectos dentro o cerca de las áreas indígenas resultaría en sobrecostos anuales de unos 200 millones de dólares en abastecimiento, al suplir esta demanda con plantas de generación térmica.

Por su parte, los pueblos originarios denunciaron los daños que centrales como las de Barro Blanco y Tabasará causan en más de 40 comunidades, áreas de pastoreo, bosques y ríos que atraviesan la comarca.

Fuente/AVN