Los gobiernos de Irán y Líbano reiteraron este martes, por separados, su rechazo a la injerencia contra Siria, y llamaron a la estabilidad de Medio Oriente.
El portavoz de la cancillería iraní, Ramin Mehmanparast, expresó que cualquier intento de naciones extranjeras de interferir militarmente en territorio sirio «podría poner en peligro la seguridad regional», según reseñó Prensa Latina.
El funcionario persa llamó a que la solución a la crisis en Siria llegue «mediante la cooperación de países influyentes» de la zona.
Mehmanparast instó a los gobiernos árabes de Medio Oriente y a otros de Europa a facilitar la atmósfera de diálogo entre las autoridades sirias y los grupos opositores violentos, éstos últimos apoyados con armas y dinero por Arabia Saudita, Qatar y Estados Unidos.
Por su parte, el ministro libanés del Interior, Marwan Charbel, destacó desde Beirut, que su país se convertirá en «oasis de seguridad», al rechazar el empleo del territorio como corredor para el contrabando de armas hacia Siria.
El funcionario remarcó en el país que «nadie está autorizado a abrir fuego o bloquear carreteras, no importa por qué motivo».
Irán y Líbano, junto a potencias como Rusia y China, han rechazado de manera reiterada los intentos de intervención militar extranjera contra Siria, medida impulsada por Estados Unidos, sus aliados europeos y las monarquías del Golfo Pérsico.