El Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela ha programado un regalo especial de Navidad para la familia, con el concierto que dirigirá el maestro Gustavo Dudamel frente a la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar de Venezuela, el domingo a las 11:00 am, en la Sala Simón Bolívar del Centro Nacional de Acción Social por la Música, en Caracas.
El programa incluye la puesta musical de dos obras emblemáticas de los espectáculos diseñados para mostrarse en las temporadas artísticas de diciembre, en distintas carteleras mundiales. Con este propósito se escogieron la Suite del ballet El cascanueces, Op. 71, estructurada por Pyotr Ilyich Tchaikovsky, a partir de la obra escrita para la danza original, con coreografía de Marius Petipa; y Pedro y el lobo, Op. 67, cuento musical para niños de Serguéi Prokófiev.
Las entradas para este concierto son gratuitas. El público solo tiene que llegar una hora antes para hacer el retiro por taquilla e ingresar con la asignación de su asiento a la sala. Podrán asistir los niños mayores de cinco años.
El argumento de estas piezas ha sido concentrado en la musicalicalidad dibujada por ambos compositores y es lo que mostrará la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar de Venezuela, bajo la batuta de Gustavo Dudamel. Será una oportunidad para disfrutar de dos composiciones que inspiran alegría y despiertan fantasías. La audiencia podrá embarcarse en un recorrido que describe atmósferas de armonía, enfrentamientos, melancolía y esperanza.
LAS PIEZAS
La suite del ballet El cascanueces está integrada por ocho números que Tchaikovsky seleccionó de la pieza escrita para su estreno oficial en el Teatro Mariinski, de San Petersburgo, en 1892. El compositor decidió mostrar en concierto el Op.71 de su creación, logrando mayor aceptación de la que tuvo el ballet a cuerpo completo este mes. La gracia que ofrecen las “notas de la octava en secuencia”, utilizadas por Tchaikovsky para estructurar la partitura, popularizaron esta suite que, posteriormente, ha sido versionada y utilizada en numerosas películas y otros formatos de difusión masiva, por lo que resulta muy conocida entre el público que disfruta de espectáculos para niños.
El cuento musical Pedro y el lobo fue escrito en 1936 y estrenada ese mismo año bajo la dirección de Prokófiev, con la intención de fomentar el interés de las audiencias infantiles por la música académica. Aunque no tuvo la aceptación esperada en sus primeras presentaciones, esta sinfonía resulta muy divertida por el sonido asignado a cada personaje que forma parte de la historia.
Cada personaje tiene asignado un instrumento y un tema musical. Pedro está representado por los instrumentos de cuerda: violines, violas, violonchelos y contrabajos. El abuelo está caracterizado por el fagot. El pájaro por flauta traversa, el pato o ganso por el oboe. El gato por el clarinete, el lobo por tres trompas y los cazadores por timbales y el bombo.