Por Gino González|Hablemos de Aníbal Tobón, poeta barranquillero (Opinión)

Los afectos a una edad donde ya la idea es determinante en tu vida se sitúan ineludiblemente entre tus preferencias expresivas inducidos por ella.

Al decir esto para hablar de Aníbal Tobón no se debe interpretar que el compartir con él era un hablar de política constante. Este tipo de conversa en poca medida se daba con él. Aníbal no necesitó justificar sus razones porque ya al ser como era obviaba cualquier argumento. Aníbal fue lo que fue y es (disculpen este arrebato de fe, pero es que las lunas de Júpiter, los agujeros negros, los infinitos del átomo y estos girasoles que esta mañana nacieron en el patio, me aturden)

Si, hay amigos nostálgicos, hay encuentros reiterativamente pospuestos que jamás se concretan, besos como burbujas de jabón que nunca explotaron, globos inofensivos a pesar de la pasión y de la indiferencia. Pero existen amistades activas aun en la ausencia. Esas con las cuales no compartes la cotidianidad geográfica, pero si la del corazón, la del pensamiento y la acción. Esos que forman parte de tu alegría aun en la distancia y son apoyo para afrontar con serenidad el permanente conflicto de vivir. Aunque hubiese sido maravilloso compartir la vida diaria con Aníbal, los contados encuentros con él bastaron para que se ubicara entre mis amigos mas íntimos, no exactamente porque me estuviera divulgando secretos inútiles.

En una flacura impresionante este magnífico poeta barranquillero llevaba consigo el Orinoco y el Magdalena, el Atlántico y el Pacífico, juntos en un solo abrazo, ofrendando desde las profundidades de su espíritu, los peces volcánicos de su poesía. Lo dije y lo repito. No precisa una declarada militancia con proyecto político alguno quien su propia vida lo encaja contundentemente en las propuestas mas sublimes para vivir.

Cuántos te rodean insistentemente a cada momento con su escándalo ideológico tan lejanos del corazón. Preferible el silencio libertario de la abuela desde el conuco al fogón. Preferible la palabra y el cuerpo del arte militante para el abrazo. Sin justificaciones empalagosas ser personaje real del teatro que inventaste para el beso, el titiritero títere de sus títeres conducido por su propio sueño y entonces que se ahorquen las piyamas con sus propias rayas como cuerda de tanto envidiar las de las cebras que aquel caballo enamorado terminará por conquistar a aquella bicicleta presumida y se amaran entre relinchos y corneteos.

ginoesnu@hotmail.com

Recuerdo internacional de nuestro hermano ,militante Tobón de la igualdad humana.