Hace 15 años el rescate del buque Negra Matea dio una estocada al sabotaje petrolero

Hace 15 años las fuerzas revolucionarias, lideradas por el Comandante Hugo Chávez, lograron recuperar el buque tanquero Pilín León,heroicamente rebautizado como Negra Matea, hecho que significó el inicio de la derrota del paro perpetrado por sectores de la derecha en contra del pueblo venezolano, y que impulsó una nueva era de soberanía petrolera.

El buque fue secuestrado y fondeado frente a la vereda del Lago de Maracaibo, en el estado Zulia, con una carga de 44 millones de litros de gasolina y gasoil, como parte de las acciones terroristas ejecutadas en diciembre 2002, con la único objetivo de crear un clima de zozobra en el país que desencadenara al derrocamiento del Gobierno Nacional.

Aunque un dictamen del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) ordenaba la restitución de actividades en Petróleos de Venezuela (Pdvsa), el capitán de altura Daniel Alfaro Faundes, al mando de la tripulación, se negó a trasladar la nave hasta Bajo Grande, su destino original.

Como respuesta a esta acción, el Ejecutivo Nacional, en coordinación con el capitán de altura Carlos López Peña, quien estaba al frente de una tripulación patriota de 14 personas, rescataron el buque símbolo de PDV Marina.

En una entrevista concedida a la Agencia Venezolana de Noticias (AVN) en el año 2014, señaló que el secuestro de la embarcación «fue como un icono de ese sabotaje y fue como una Plaza Altamira, pero en el mar».

El 21 de diciembre de 2002, la tripulación patriota ingresó al barco en compañía de militares de la Guardia Costera de Maracaibo —un general y ocho soldados—, y fueron declarados inhabilitados para navegar «por el propio capitán del buque y una comisión de notarios y ayudantes», señala López.

Aunque algunos llegaron a dudar del profesionalismo de la tripulación y temían un siniestro producto del choque del tanquero contra el puente sobre el Lago de Maracaibo, a las 6:30 de la tarde, el Pilín León llegó a la refinería de Bajo Grande y fue recibido por el propio comandante Chávez.

«Tuvimos que embarcarnos con medida de fuerza, acompañados por militares de la Guardia Costera de Maracaibo -un general y ocho soldados-. En el Pilín León se veía a leguas que paz no había. Una vez que entramos al barco, nosotros (la tripulación) fuimos declarados personas inhabilitadas para navegar por el propio capitán del buque y una comisión de notarios y ayudantes», expresó López, recordando la mañana del 21 de diciembre de 2002.

Una vez en la embarcación «ya sabíamos que estábamos peleando contra el monstruo que habían creado los medios de comunicación», encargados de generar zozobra, relató.

Cercano a las 4:30 de la tarde, el Pilín León daba una vuelta preventiva antes de cruzar el puente, como lo había hecho en numerosas oportunidades, sólo que esta vez la imagen dio al vuelta al mundo, como símbolo de victoria del pueblo trabajador y soberano.

Recordó que en el momento en que la nave atravesó la imponente estructura «el presidente Chávez, en tierra, dijo «goooool».

López indicó que fue en ese momento cuando Chávez le dio la verdadera significancia histórica a lo que acababa de ocurrir en las aguas marabinas.

«Él ya sabía que este había sido el fin del sabotaje petrolero. Ahí murió lo que fue el paro y comenzó una nueva era petrolera y los venezolanos comenzaron a ver esa concentración de mentiras mediáticas que existía. Esto fue inolvidable para nosotros y a partir de ahí ha cambiado notablemente la marina mercante y la marina petrolera», señaló en la entrevista concedida en 2014.

Las acciones del paro sabotaje petrolero del 2002, ocasionaron pérdidas a la República por encima de los 14 mil millones de dólares.

Después de estos hechos terroristas, el Comandante Supremo, Hugo Chávez, dignificó a este buque petrolero con el nombre de “Negra Matea”, en honor a la famosa nodriza del prócer de la independencia Simón Bolívar.

Fuente/AVN
Foto/Archivo