El miércoles 16 de noviembre falleció en España el historiador venezolano Luis Cipriano Rodríguez, quien se desempeñó como director de Cultura de la Universidad Central de Venezuela (UCV) y fue autor de varios libros dedicados a la lucha social y al análisis del acontecer histórico en nuestro país.
Rodríguez nació el 25 de enero de 1933, en Caracas. Se desempeñó como docente en las escuelas de Historia y Comunicación Social de la mencionada casa de estudios y en el Instituto de Estudios Hispanoamericano.
Participó de manera activa en las luchas académicas y políticas de la Renovación Universitaria (1967-1971) de la UCV, a raíz de las cuales fue expulsado junto con otros profesores, razón por la cual decidió dar clases en la Universidad de Los Andes.
El maestro Luis Cipriano Rodríguez fue desde muy joven un militante de las causas del pueblo. Lideró los Comités por el Voto Nulo en las elecciones de 1973 (CUP), propuesta de parte de sectores comprometidos para superar la terrible división de la izquierda durante la Cuarta República. Fue redactor de Basirruque, periódico divulgativo de la Liga Socialista en los años setenta y ochenta. Amigo de Chávez desde los primeros tiempos de su lucha política, tuvo que dejar la escena pública por dificultades en su salud.
Este insigne educador ejerció la docencia más allá de las aulas a través de una práctica político-social militante y revolucionaria, que siempre estuvo a favor de los procesos de liberación desde el combate del pensamiento.
UN HOMBRE VERTICAL
En palabras de la periodista Desiré Santos Amaral, directora del Correo del Orinoco, quien fue su alumna en la Escuela de Comunicación Social de la UCV, Luis Cipriano Rodríguez “fue un hombre vertical en su palabra y discurso. Profundamente brillante, excelente profesor y ser humano ejemplar”.
El historiador Luis Felipe Pellicer, miembro del Centro Nacional de Historia (CNH), destaca que Rodríguez «fue un maestro, no solamente de la política sino de la propia disciplina histórica» y es recordado como un docente exigente, quien siempre motivó a sus alumnos a hacer una «historia insurgente, una historia del pueblo».
En una ocasión, cuando electoralmente apoyó al Partido Comunista de Venezuela, ofreció una declaración que hoy sigue impregnada de gran vigencia: «El Parlamento debe ser capaz de dotar al pueblo de más herramientas legales que fortalezcan su participación en el exigente esfuerzo de darle continuidad a la construcción del socialismo en nuestro país».
Su haber literario está compuesto por obras individuales y escritas en colectivo, entre ellas se encuentran Gómez: agricultura, petróleo y dependencia; Tres momentos del nacionalismo en Chile (coautor); La UCV, medio siglo de historia 1950-2000; Los grandes períodos y temas de la historia de Venezuela (coautor y coordinador); Venezuela, una república subastada (coautor) y La deuda externa y sus consecuencias: 1830-1993.