El Gobierno de Honduras comenzó este lunes con el despliegue de los primeros 1.000 efectivos de la nueva Policía Militar que pretende combatir la violencia desatada en el país, que sirve de tránsito para el crimen organizado para el paso de droga desde Sudamérica hasta Estados Unidos.
Desde principios de año, el Ejecutivo desplegó a 4.000 soldados en las principales ciudades del país, que cuenta con una de las mayores tasas de homicidios del mundo, 85 por cada 100.000 habitantes, según datos de Naciones Unidas.
«Vamos a rescatar estas zonas de bandas del crimen organizado, de sicarios, de narcotraficantes y extorsionadores que causan muertes violentas y tienen amedrentado al pueblo», explicó el portavoz de las Fuerzas Armadas, el coronel Jeremías Arévalo.
La Policía Militar fue creada por el Congreso hondureño en agosto y dispondrá en total de 5.000 agentes. «Las operaciones de la policía militar, especialmente en las zonas residenciales, se mantendrán hasta que logremos liberar a la población del peligro de los criminales. Vamos a limpiar estas zonas de la presencia del crimen para que la población pueda vivir segura y en paz», ha añadido Arévalo.