Kenny García Ortega|Hostilidad in crescendo (Opinión)

Muchos se preguntan una y otra vez ¿cómo es posible que algunos miembros de la oposición manifiesten tanto odio con sus acciones, con su verbo y con su pensar? La duda es lógica, sobre todo por los acontecimientos que hemos visto desarrollarse en Venezuela desde hace dos meses aproximadamente y que tienen como común denominador la violencia promovida y concretada, directa o indirectamente, desde la parcialidad política de la derecha.

Esto no ha ocurrido de la noche a la mañana. La violencia y la agresión pueden ser fácilmente provocadas en un sector de la población que ha sido condicionado, durante años y por diferentes medios, a sentir miedo, rabia y odio hacia el “malévolo” Gobierno Bolivariano, el chavismo, el socialismo y todo aquello que se identifique con el color rojo. Esto se ha hecho a través de la propaganda fascista de manera disimulada, sistemática y permanente. Cada artículo, cada noticia, cada discurso, cada declaración, cada mensaje de la derecha lleva el germen del fascismo de manera solapada.

La propaganda que apela al estímulo de estos sentimientos a menudo sienta las bases para un rotundo llamado a la violencia. Si la discordia ha sido avivada por la propaganda, no se requiere mucho trabajo para transformar la tensión en agresión.

El sector de la oposición vive en un permanente estado de ansiedad y zozobra psíquica, ve amenazas donde no las hay, cree que existe un “diablo comunista” al acecho, que atenta contra sus vidas, su libertad. La reacción en “defensa propia”, justifica cualquier acto que en condiciones normales pudiese ser condenable. Por eso las acciones virulentas de los fascistas en estos días, sin explicación real o justificación que avale racionalmente su accionar, violando los derechos humanos de todos, atentando contra la vida de muchos e imponiendo su perversa lógica terrorista.

Periodistas, personalidades, políticos y formadores de opinión identificados con la derecha continúan inyectando en el torrente sanguíneo de la Patria el veneno del fascismo. Promueven una clara indiferencia ante los crímenes cometidos por los opositores, a la vez que acusan inmisericordemente al Gobierno y al chavismo de los delitos más atroces.

En su imaginario todo se reduce a “nosotros los buenos, ellos los malos”. De esta forma, la propaganda les construye una moral ficticia que sirve de catapulta para cualquier cosa, no importa lo vil que sea.

@CyberRevol