Hoy se cumplen 48 años de la siembra del poeta venezolano Alberto Arvelo Torrealba

«Por aquí pasó, compadre/hacia aquellos montes lejos…». Tal día como hoy, hace 48 años, desapareció físicamente el poeta Alberto Arvelo Torrealba, así lo recordó este jueves el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro Moros.

A través de su cuenta en Twitter, el jefe del Estado venezolano destacó el carácter popular y humanista de este poeta, quien también se destacó como abogado, político, diplomático, educador y ensayista.

«Conmemoramos 48 años de la siembra del eterno barinés, ícono de las letras populares, Alberto Arvelo Torrealba. Su legado cultural de profundo carácter humanista y reflexivo, acompaña las luchas del pueblo venezolano, cual «Florentino y el Diablo», escribió el Presidente por la referida red social.

A continuación, lea el poema ‘Por aquí pasó’, de Alberto Arvelo Torrealba, dedicado al Libertador Simón Bolívar:

Por aquí pasó, compadre,

hacia aquellos montes lejos.

Por aquí vestida de humo

la brisa que cruzó ardiendo

fue silbo de tierra libre

entre su manta y sus sueños.

Mírele el rastro en la paja,

míreselo, compañero,

como las claras garúas

en el terronal reseco,

como en las mesas el pozo,

como en el caño el lucero,

como la garza en el junco,

como la tarde en los vuelos,

como el verde en el quemado,

como en el banco el incendio,

como el rejón en la carga,

como la gaza en el rejo,

como el cocuyo en el aire,

como la luna en el médano, como el potro en el Escudo

y el tricolor en el cielo.

Por aquí pasó, compadre,

hacia aquellos montes lejos.

Aquí va su estampa sola;

grave perfil aguileño,

arzón de cuero tostado,

tordillo de bravo pecho

De bandera va su capa,

su caballo de puntero,

baquiano, volando rumbos,

artista, labrando pueblos,

hombre, retoñando patrias,

picando glorias, tropero.

Oígale la voz perdida;

sobre el resol de los médanos,

la voz del grito más hondo

oígasela, compañero,

como el son de las guaruras

cuando pasan los arrieros,

como la brisa en la palma,

como el águila en el ceibo,

como el trueno en las lejuras, como el cuatro en el alero,

como el eco en las tonadas,

como el compás en el remo,

como el tiro en el asalto,

como el toro en el rodeo,

como el relincho en el alba,

como el casco en el estero,

como la pena en la canta,

como el gallo en el silencio,

como el grito del Catire

en las Queseras del Medio,

como la Patria en el Himno,

como el clarín en el Viento.

Por aquí pasó, compadre,

dolido, gallardo, eterno.

El sol de la tarde estira

su perfil sobre el desierto.

Alberto Arvelo Torrealba

(Barinas, 1905 – Caracas, 1971)

T/Luis Lovera Calanche
F@NicolasMaduro