El gremio de transportistas francés convocó para este martes una huelga de 24 horas y movilizaciones en todo el país, como una medida de rechazo al proyecto de reforma laboral que el Gobierno del presidente Francois Hollande presentará al Parlamento nacional el próximo miércoles.
El llamado a paro fue realizado por la Confederación General del Trabajo (CGT) y la Federación Obrera (FO), dos de las centrales históricamente enfrentadas, e inmediatamente contó con el apoyo de otras dos grandes grupos sindicales: la Federación Sindical Unitaria (FSU) y Solidaires.
En vista de ello, las empresas estatales de trenes de larga y corta distancias y la compañía de metro parisino anunciaron «fuertes perturbaciones» en sus servicios, al igual que los operadores de los aeropuertos, las compañías de taxis y el servicio de correo publico.
De igual manera, la CGT adelantó que habrá numerosas manifestaciones y concentraciones en diferentes ciudades del país, principalmente en París, Toulouse, Marsella, Lyon, Lille, Rennes, Burdeos y Perpignan.
Mediante un comunicado las federaciones explicaron que el objetivo es frenar el acuerdo firmado por la Confederación Francesa Democrática del Trabajo (CFDT), la Confederación Francesa de los Trabajadores Cristianos (CFTC), la Confederación General de Cuadros (CGC) y el Movimiento de Empresas de Francia (patronal) el 11 de enero pasado.
Ducho acuerdo fija el marco de las nuevas relaciones entre empleados y empleadores, y de ser aprobado por el Legislativo entraría en vigor en mayo próximo.
Las cuatro centrales que respaldan el paro sostienen que el pacto firmado “retoma la filosofía de los acuerdos de competitividad del empleo, defendidos por el expresidente conservador Nicolas Sarkozy”.
“El proyecto de ley del Gobierno es un retroceso sin precedentes”, sostuvo Thierry Lepaon, próximo secretario general de la CGT.
Agregó que el texto posee un “desfasaje total con el discurso del presidente Hollande”, que durante los primeros meses de su Gobierno llamó a luchar contra la precariedad laboral y el crecimiento del desempleo. “Las empresas siguen obteniendo cosas y los empleados nada o casi nada”, denunció Leapon.
BAJA POPULARIDAD
Tres recientes sondeos de opinión difundidos en los últimos días han revelado que la popularidad del presidente Hollande sigue disminuyendo, situación que se refleja en las constantes y masivas movilizaciones social que acontecen en el país.
Según la consultora BVA, el 66 por ciento de los franceses (incluyendo un 44 por ciento que votó por Hollande) se dice “desilusionado” del Presidente.
Para TNS Sofres, su popularidad cuenta con el 30 por ciento de opiniones positivas, el porcentaje más bajo para un presidente en su décimo mes de mandato desde 1981.
Por último, OpinionWa expone que casi tres de cada cuatro franceses (72 por ciento) se declaran “descontentos” con la política económica y social del gobierno socialista.
El Mandatario no ha logrado su objetivo, luego de los tres primeros ajustes por más de 40 mil millones de euros (unos 52 mil millones de dólares) para que su presupuesto 2013 cumpla con los compromiso de desendeudamiento asumidos ante la Unión Europea (UE).