Por Arturo Tremont|Incremento de la solidaridad (Opinión)

La solidaridad entre las personas y grupos sociales existe desde los principios de la humanidad.

Son innumerables los ejemplos de actividades comunitarias en los pueblos indígenas, las ayudas que se prestan entre sí los países con dificultades económicas y sociales, las contribuciones de los pueblos cuando ocurren contingencias naturales como terremotos o inundaciones.

El principio de solidaridad lo encontramos tanto en las teorías marxistas como en las diferentes filosofías y religiones, porque se trata de preservar la vida humana.

La seguridad social la concibe como una función redistributiva de la riqueza generada por la sociedad, en cuanto a la contribución intergeneracional que permite otorgar prestaciones dinerarias y no dinerarias a las personas amparadas por el sistema.

Se han multiplicado las acciones de solidaridad en la familia y los amigos mas cercanos. El mecanismo del trueque es una de esas formas, pues permite la obtención de productos de primera necesidad, sin caer en las manos de los “bachaqueros” y especuladores.

La política de inclusión social desplegada durante el mandato del presidente Hugo Chávez se basó en los principios de solidaridad. Esas políticas públicas generaron apoyo popular y resistencia de los sectores conservadores.

Aun con las dificultades económicas, estamos obligados a luchar por mantener los subsidios directos e indirectos, abrir casas de alimentación administradas por la comunidad para atender a las personas de calle, debemos supervisar la distribución de comida en los geriátricos del Estado.

La solidaridad es el punto central de las políticas públicas del Estado y ese concepto debemos defenderlo e incentivarlo en nuestro pueblo.

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