Por Kenny García|Indiferencia fascista (Opinión)

Los propagandistas de la derecha en Venezuela ahora ponen a sus disociados seguidores a esparcir el mensaje de que los venezolanos que no se meten a guarimbear, que no destruyen el ornato público, los que van cada día a trabajar, los que no talan árboles indiscriminadamente, los que no asesinan a funcionarios del orden público, los que no se enganchan con el odio, en fin, los ciudadanos sensatos e inteligentes que continúan con sus vidas de manera normal, son indiferentes ante la “resistencia” y la “batalla por la libertad” que ejercen los violentos en el país.

Pero bueno, hablemos de indiferencia pero de la indiferencia real.

El fascista indiferente que no le importa que el vecino, enfermo de gravedad, necesite pasar por la barricada para ir al centro médico y con violencia lo obliga a permanecer secuestrado involuntariamente en su casa.

El terrorista indiferente ante los transeúntes y conductores, que destruye los semáforos, daña las paradas de autobús, saca las alcantarillas y todo lo que se le parezca para generar caos urbano.

Es indiferente también aquel neonazi tropical que tala indiscriminadamente árboles que han durado décadas en crecer para darnos sombra. Es evidente su indiferencia y desdén hacia la madre naturaleza.

Tampoco le interesa la salud respiratoria de los venezolanos y quema cuanta basura y caucho consigue para poder demostrar lo “democrático” de su accionar. Es un indiferente ante el malestar social que genera, que afecta al prójimo, lo ataca con violencia y agrede a su entorno porque nada le importa la vida en colectivo, en comunidad, y solo responde a un capricho personal e individual.

Manipula diciendo que le importan mucho los derechos humanos de todos, mientras todos ven y viven en carne propia la violación de sus derechos humanos por los fascistas indiferentes que imponen un escenario de guerra urbana.

Al indiferente fascista lo tiene sin cuidado la vida de los demás, por eso utiliza y dispara armas caseras contra todo aquel que se atraviese. Quemar a niños en un preescolar le “resbala” porque la deshumanización del adversario le configuró una indiferencia emocional y racional ante tales atrocidades.

Genera dolor, muerte, odio, violencia, destrucción, sangre, guerra, agresión y violación de los derechos humanos de forma masiva. El indiferente fascista muestra indiferencia ante la Patria, ante la paz. La indiferencia fascista es lo que nos está matando.

@CyberRevol