La Columna Globoterrada | Interpretando a la oposición (Opinión)

A la oposición venezolana le ha dado por expresarse en términos tan oscuros que habrá que pedir ayuda a criptólogos, exégetas, clarividentes y espiritistas.

Desde el año pasado están hablando de “la Salida” sin decir explícitamente a qué se refieren. Se queda uno como cuando la biblia habla del “fruto prohibido” o “la gran ramera”. A la pregunta directa de qué es eso de “la Salida”, los proponentes casi que contestan con la mirada perdida en el infinito: en la Constitución está escrito.

Ningún líder opositor ha dicho qué es “la Salida”, de modo que muchos opositores piensan que se trata de la renuncia voluntaria de un arrepentido Presidente que en un momento de iluminación divina entienda que lo mejor es entregarle el poder a Leopoldo López.

Los chavistas pensamos que “la Salida” es un vulgar golpe de Estado inducido por revueltas callejeras. Por favor, sean más claros para entender bien.

Este asunto de “la Salida” no es el único que se presta a interpretaciones esotéricas. Más misterioso aún es “el modelo”. El camarada Henrique Capriles (sí, él mismo usó el término “camarada” dirigiéndose a los chavistas) dijo que “el modelo” estaba agotado, que se necesita un “cambio de modelo”.

En sus paupérrimas convocatorias de calle, el camarada Capriles ahora se queja porque el modelo aún no se ha cambiado. Que explique bien el modelo que quisiera adoptar, o que al menos dé una pista para estudiar la propuesta, implementarla o rebatirla, proponerle cambios, en fin, algo concreto.

Entre las expresiones misteriosas tenemos también “las medidas dolorosas pero necesarias”. Nadie sabe cuáles son. Jorge Roig, presidente de Fedecámaras, comentó que el Gobierno tenía que tomar medidas de este tenor, justo antes de los anuncios del presidente Nicolás Maduro. Siéntase complacido, señor Roig, espero que las medidas anunciadas le hayan sido dolorosas y tómese algún analgésico que le preste.

No sé si esto de las expresiones misteriosas tiene como objeto sembrar incertidumbre. Por lo pronto, me permitiré seguirles la corriente con mi propia frase misteriosa: ¡morderán el polvo!

T / Emilio Hernández