El primer ministro rumano, Viktor Ponta, reconoció este viernes la apertura de una investigación en su contra por supuesta corrupción, lavado de dinero y complicidad para evadir el fisco, tras ser interrogado en la capital, Bucarest.
A su salida de la sede de la Dirección Nacional Anticorrupción (DNA), el jefe de Gobierno socialdemócrata declaró que era objeto de una pesquisa por el llamado caso de Dan Sova, a quien nombró en su momento como ministro de Transporte.
Los funcionarios de la DNA señalan que cuando Ponta ejercía como abogado, asesoró entre 2007 y 2008 a Sova para un procesamiento legal de las empresas energéticas Turcani y Rovinari, comenta la televisión capitalina.
Otras fuentes cercanas a la pesquisa se refirieron a una posible acusación por conflicto de intereses en el caso del Primer Ministro, quien en su momento salió airoso de otros procesos por corrupción, antes de participar en las presidenciales de noviembre pasado.
La petición de la DNA fue presentada a la Cámara de Diputados (cámara baja) que deberá pronunciarse sobre si es necesario continuar con la pesquisa.
Ponta registró serias contradicciones en su momento con Traian Basescu cuando este estaba al frente de la jefatura del Estado y ahora parece mantenerlas con el mandatario liberal Klaus Iohannis, quien lo derrotó en una segunda vuelta de los comicios en 2014.
Iohannis, exalcalde de Sibiu, consideró esta jornada que Ponta debe abandonar su cargo, mientras el opositor Partido Liberal anunció que prepara una moción de censura en el legislativo contra el jefe de Gobierno.
Pero el propio Iohannnis enfrentó en su tiempo una acusación por abuso de poder relacionado con una empresa de agua en Sibiu, un tema que salió a relucir durante la campaña presidencial de noviembre último, en la cual Ponta intentaba llegar a la jefatura de Estado.