Con fósiles vivientes como la jurásica palma corcho, el jardín botánico de esta occidental ciudad, abrirá sus puertas al público a partir del venidero mes de agosto, anunciaron directivos.
El vergel de unas 70 hectáreas, podrá ser visitado inicialmente de viernes a domingo, explicó Eusebio Gómez, administrador del centro que funcionará como área expositiva y de investigación, además de contribuir a la conservación de valiosos ejemplares.
Considerada una rareza vegetal por su antigüedad, la palma corcho resulta uno de los más curiosos habitantes del paraje, en el cual coexisten mil 40 variedades botánicas, casi un centenar de ellas endémicas de la isla.
Ese añejo ejemplar de tronco esponjoso -data de 250 millones de años-, sobrevive sólo en este extremo del archipiélago, conocido como la catedral del paisaje cubano.
Durante recorridos acompañados por guías, los visitantes podrán apreciar el bosque arcaico, compuesto por plantas primitivas, primeras en colonizar la tierra.
Junto a las palmeras, declaradas Monumento Nacional, vive el psilotum, representante de esos organismos pioneros que poblaron el planeta.
Todavía en crecimiento, el jardín botánico -140 kilómetros al oeste de La Habana- pudiera acoger hasta seis mil especies, y las colecciones reúnen a exponentes de los diferentes ecosistemas o suelos de la provincia, afirman expertos.
Entre senderos florecidos, aparecen variedades distintivas de los mogotes del valle de Viñales, y árboles de las alturas de Pizarra, una de las formaciones montañosas más viejas del Caribe.
Dedicado a las deidades y cultos afrocubanos, el Monte Ewe cobija a la siguaraya, la ceiba y al rompezaragüey.
Mientras el bosque martiano reverencia a las flores y arbustos mencionados por el Héroe Nacional de Cuba, José Martí, en su prolífica obra literaria.