Kenya acelerará la repatriación de refugiados somalíes del campo de Dadaab, donde se cree que se reclutan a integrantes de la organización Al Shabab, indicó este martes a la prensa una fuente oficial.
«Tenemos problemas con los refugiados, eso es un hecho», precisó Mwenda Njoka, vocero del Ministerio del Interior, y apuntó que se reducirá la cifra de esos para poder administrar mejor el campamento.
Esa medida sucede al ataque de un comando de Al Shabab a la universidad keniana de Garissa, donde mató a 148 personas.
Según Njoka, los refugiados somalíes no serán enviados a áreas controladas por el grupo, sino las que están bajo cobertura del gobierno de Mogadiscio.
El campo de refugiados Dadaab, situado cerca de la frontera con Somalia, es considerado el mayor del mundo y alberga a unas 500 mil personas.
Durante 24 años dio abrigo a millares de africanos y se habla de la presencia allí de una tercera generación de desplazados, es decir, un grupo etario cuyo hábitat es esa área y virtualmente desconoce otra dinámica de vida.
Ese establecimiento surgió en febrero del 1991 para acoger a las decenas de miles de refugiados somalíes que llegaron al noreste keniano tras huir de la guerra en su país, una contienda bélica que enfrenta a la organización Al Shabab con el ejército gubernamental y sus aliados de la Misión de la Unión Africana (Amisom).
La decisión de Nairobi podía responder a que el lunes representantes de los distritos de Garisa, Wajir y Mandera exigieran la clausura del campamento, algo que el vocero Njoka negó que sucedería.
Kenya repatrió hasta ahora cerca de tres mil refugiados a Somalia.