El cura Roberto Luckert, con brutal desprecio eclesial, llamó “abre las piernas” a la “Misión Hijos de Venezuela”.
“Misión Maqueta” fue bautizada la Gran Misión Vivienda Venezuela (GMVV).
No menos burlas llovieron sobre la “Misión Robinson” en su día.
El clasismo y el racismo exprimían su despectivo y despreciable “ingenio” para apostrofar a los pobres.
Hoy la derecha ofrece “mejoras” a los beneficiarios de las misiones con una demagogia que alarma a sus financistas y que el pueblo no traga.
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