La interesante reacción de una madre ante los deberes machistas del colegio de su hija

“Lisa no estaba feliz porque su madre había vuelto al trabajo” es la primera frase del texto que el colegio pidió como deberes a la hija de Lynne Polvino y a sus compañeros de clase.Los siguientes seis párrafos del clásico ejercicio en el que se debe elegir una palabra para rellenar el espacio en blanco están repleto de micromachismos.

Polvino se dio cuenta cuando su hija le pidió ayuda para hacer los deberes y pensó que el texto era intolerable. Por eso, decidió reescribirlo incluyendo las palabras que la niña debía rellenar y publicar ambos textos en su cuenta de Facebook. “Aquí están los deberes que mi hija trajo ayer a casa, al lado del texto que he reescrito”, comentó.

Polvino ha conseguido que su historia se viralice: más de cinco mil ‘me gustas’, cientos de comentarios y miles de personas lo han compartido. A continuación el texto de Polvino:

LOS DEBERES DEL COLEGIO

“Antes de que Lisa naciera, su madre trabajaba en una gran oficina. Ayer, le dijo a Lisa que volvería a trabajar.

La mañana fue terrible. Lisa tenía que ir al colegio a tiempo. Su padre debía ir al trabajo a tiempo. Y ahora, su madre también tenía prisa.

“Lisa no estaba feliz porque su madre había vuelto al trabajo

EL padre de Lisa hizo el desayuno. No estaba muy bueno. Le pidió a Lisa que fregara los platos. Eso tampoco fue bueno.

A Lisa no le gustó su día en el trabajo. Pensó en eso en el camino a casa. ’Me pregunto a qué hora llegará mamá a casa. Estaré sola en casa’.

Pero cuando Lisa llego a casa, su madre ya estaba allí. ‘Me he ido pronto de la oficina para poder estar juntas después del colegio’, dijo. Ahora Lisa se siente bien”.

EL TEXTO REESCRITO

“Lisa estaba feliz. Su madre volvía a trabajar.

Antes de que Lisa naciera, su madre trabajaba en una gran oficina. Porque valoraban sus importantes contribuciones al lugar de trabajo, su jefe le ofreció en torno a un año de baja de maternidad remunerada y un flexibilidad en el tiempo para reincorporarse.

La mañana fue maravillosa. Lisa tenía que llegar al colegio a tiempo. Su madre debía llegar al trabajo a tiempo. Su padre se quedó en casa con su baja de paternidad remunerada, cuidando del hermano pequeño de Lisa y contribuyendo de forma igualitaria a las tareas del hogar. Nadie tenía prisa porque el padre tenía todo bajo control.

El padre de Lisa hizo el desayuno. Estaba muy bueno. Y le pidió a Lisa que lavara los platos, porque todos los humanos funcionales deben aprender a limpiar lo que ensucian y ayudar a los demás.

A Lisa le gustó su día en el colegio. Disfrutó de los juegos didácticos y los momentos con los profesores su maravillosa clase de una escuela pública. Sus profesores estaban bien pagados y eran felices.

Durante el camino a casa, pensó en ello. ‘Me pregunto si de mayor seré ingeniera como mamá, o maestra, o alguna otra cosa. ¡Puedo hacer lo que quiera!’

Cuando Lisa llegó a casa, su madre estaba ahí. Lisa había pasado la tarde en el programa de enriquecimiento gratuito y financiado por el Estado de después del colegio, donde juega robots de Lego y pinta, y ahora toda su familia está junta en casa. Lisa estaba feliz de crecer en una sociedad libre de misoginia. Lisa se siente bien.

F/lavanguardia.com
F/@Lynne Polvino