Laos perdió más de 80 kilómetros cuadrados de terrenos a lo largo de los bancos del río Mekong desde 1975, señaló alarmado el viceprimer ministro, Somsavat Lengsavad, al referirse a las conclusiones de un estudio realizado aquí.
Consideró preocupante que esos daños se debieron a la falta de debida protección para lo que se requiere de una inversión prohibitiva por su alto costo, mientras la erosión prosigue durante las estaciones de lluvias y el rápido curso de la corriente fluvial.
La caudalosa artería fluye con impetuosidad alrededor de los meses de julio y agosto y en su trayectoria atraviesa Laos, Tailandia, Cambodia y Vietnam, con efectos peores en unos años que otros.
Con frecuencia causa serias crecidas en áreas adyacentes al río, que provocan inundaciones en industrias, viviendas, escuelas, carreteras y sembradíos.
Desde hace pocos años el país ha desplegado un intenso esfuerzo en construcción de valladares, pero a juicio de Lengsavad, todavía resulta insuficiente, y sugirió al Ministerio de Obras Públicas y Transporte que preste atención a zonas que permanecen desguarecidas.
Sólo en 2012 se tuvo que dedicar cerca de 10 millones de dólares en construcciones emergentes para evitar que las crecidas anegaran una gran parte de la propia Vientiane.
En la ribera opuesta del Mekong, también Tailandia se enfrenta a similar problema mediante la erección de barreras protectoras.