“Debemos prohibirnos olvidar”, sentenció la cónsul de Ecuador en Venezuela, María De Lourdes Portaluppi, a propósito de la conmemoración del 30 de septiembre de 2010 (30-S), “día en el que triunfó de la democracia ecuatoriana”. Recordó que los pueblos de Latinoamérica guardan los antecedentes de “pretensiones imperialistas” que han buscado ejecutar golpes en contra de gobiernos progresistas y democráticamente electos.
Precisó los hechos del 30-S, cuando la oposición organizó acciones para infiltrar las filas de la policía ecuatoriana y promover un golpe de Estado en contra del presidente Rafael Correa. No obstante, “el pueblo salió a la calle a defender a su presidente”, expresó Portaluppi.
En este sentido, enfatizó la importancia de conmemorar fechas como el 30-S, el 11 de Abril de 2002 (Venezuela) y el 28 de junio de 2009 (Honduras), entre otras. A su juicio, estos ataques responden al único interés de acabar con las revoluciones y todos los procesos que la unidad de la región y la igualdad social para sus pueblos.
LOS INFILTRADOS
Portaluppi explicó que el 30-S fue promovido por un grupo de infiltrados en la policía que “mal informaron a los oficiales y causaron caos”. La cónsul reconoció que la situación salarial de los funcionarios en ese entonces era muy precaria; no obstante, señaló, el presidente Correa acudió al llamado y les ofreció oportunidades para “el buen vivir”.
Sin embargo, el Jefe del Estado, narró la cónsul, fue tomado como rehén por los insurrectos y “comenzó a desarrollarse un día oscuro”. Indicó que las fuerzas económicas involucradas en el golpe provocaron el caos social para lograr la renuncia del Presidente.
Portaluppi señaló que la oposición tenía dos planes adicionales. Uno de ellos involucraba a insurrectos en la Asamblea para sesionar en contra de Correa y el otro era el magnicidio.
Comentó que días antes habían recibido información de que en Miami los sectores contrarrevolucionarios se habían reunido y expresado que: “Si se acaba con Correa, se acaba con la Revolución Ciudadana”.
A pesar de ese escenario, indicó la cónsul, el Presidente no dimitió y la Asamblea ecuatoriana no actuó en su contra. Recordó que aunque el intento de golpe se desenvolvió durante solo 15 horas, “este día cobró la vida de civiles y policías”.
La representante del gobierno de Ecuador destacó y reconoció el apoyo inmediato del presidente Hugo Chávez. “Venezuela se erigió soberana y denunció la pretensión de estos grupos”, expresó.
Asimismo, agradeció la solidaridad de los países del ALBA y la Unasur. A su juicio, Latinoamérica ya no es la misma ante las amenazas imperiales: “Cuando la patria grande nos convoca, ese es nuestro horizonte”.