Columna Nuestras raíces|Libertad e igualdad (Opinión)

Para un sector minoritario de la sociedad venezolana es cierto que el Gobierno revolucionario le está cercenando algunas libertades, de ahí que lo tilden de “dictadura”, de “gobierno autoritario y antidemocrático”.

La IV República se sostenía sobre una democracia representativa formal, cuyo eje reposaba en una Constitución y unas leyes funcionales a los intereses de esas minorías. Pero a partir de 1999, la Constitución Bolivariana profundiza la democracia, la amplia, abre las puertas a las grandes mayorías sobre el concepto revolucionario de libertad e igualdad.

¿Cuáles son entonces las libertades que cercena el Gobierno a esas minorías? Las libertades que antes manejaban con total comodidad: libertad para robar a la Nación, libertad para especular, libertad para fugar capitales, libertad para reprimir al pueblo, libertad para explotar a los trabajadores, libertad para discriminar, libertad para rematar las riquezas del país, libertad para hambrear al pueblo y vender la Patria.

Es por esto que el comandante Hugo Chávez, citando a Rousseau, decía: «Entre el poderoso y el débil, la libertad oprime. Solo la ley libera. Hagamos buenas leyes, buenas instituciones, buenas estructuras legítimas, alimentadas por la soberanía de nuestros pueblos, y de esa manera, aseguraremos la verdadera libertad, que tiene que estar acompañada por la suprema igualad social bolivariana».

La sociedad venezolana, gracias a la obra de la Revolución, se va igualando, o al menos, paulatinamente, se van eliminando las escandalosas desigualdades antes existentes. Y al ir igualándose se van achicando las perversas “libertades” que esgrimían los poderosos para someter a los débiles. Esas “libertades” son las que reclaman las fuerzas contrarrevolucionarias, conscientes que para restaurarlas deben retrotraernos a la Venezuela de las desigualdades del pasado.

El problema para la oligarquía es haber perdido las libertades que antes poseían, pero en el fondo, ellos saben que la raíz del asunto está en que para reconquistar esas “libertades”, les es insoslayable la existencia de una sociedad con la mayor desigualdad posible. Lo que reclama este minúsculo sector no es ni democracia ni más libertades, sino simplemente más desigualdad para que sus libertades sean herramientas de opresión.

T/ Fernando Bossi
fernando.bossi.rojas@gmail.com