El vicecanciller de Libia, Kalid Kaem, invitó este viernes a la comunidad internacional a enviar una misión de observadores que compruebe el cese de operativos militares.
Enfatizó que los movimientos de tropas, que fueron limitados, no han causado la muerte de ningún civil y dijo que no entrarán a la ciudad de Benghazi, al este del país africano.
Mientras tanto, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) continuará la planificación militar prevista para una posible operación en Libia luego de la resolución votada por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (ONU), y pese a que el Gobierno libio decidió este viernes poner un alto al fuego inmediato en la nación norteafricana.
Fuentes aliadas a la organización señalaron que “la planificación sigue acelerándose (…) Los aliados acordaron hoy (viernes) finalizar cuanto antes sus preparativos para estar listos en caso de que se decida una actuación militar”, en el contexto de la resolución del Consejo de Seguridad.
Según las fuentes, las autoridades militares de la OTAN podrían tener para este domingo finalizada la fórmula para imponer una zona de exclusión aérea sobre Libia, una de las opciones contenidas en el texto de la ONU.
Esa zona de prohibición de vuelos requeriría bombardeos previos de algunas infraestructuras, ataques que países como Francia y Reino Unido estarían dispuestos a llevar a cabo incluso antes de que la OTAN, que necesita el consenso de sus 28 miembros, se pronuncie.