Buscaban crear un «emirato de Daesh»|Líder del Estado Islámico detenido revela complots contra El Líbano

Ahmad Miqati, uno de los más altos dirigentes del grupo takfirí Estado Isámico (EI, Daesh en árabe), ha desvelado que el objetivo principal de sus operaciones en El Líbano ha sido crear un “emirato de Daesh” en el norte libanés y, de esa manera, facilitar la anexión de la región siria de Al-Qalamun al mar Mediterráneo.

“La primera fase de nuestros programas consistía en anexar Al-Qalamun de Siria a la costa mediterránea a través de la región norteña de El Líbano (…) y teníamos previsto efectuarla dentro de un mes (debido a la necesidad del EI a un puerto)”, ha detallado Miqati, apodado Abu Hoda, tras su detención el pasado jueves por el Ejército libanés.

Según ha informado este martes la agencia iraní de noticias ‘IRNA’, pueblos como Bakhaoun, Aassoun, Sir Ed Donie, y Bqaa Safrin, incluían los planes de Abu Hoda destinados a crear una zona segura para el despliegue de los integrantes de Daesh, así como los militares separados del ejército de El Líbano.

“Teníamos la decisión de izar la bandera de Daesh, declarar un emirato y jurar lealtad a Abu Bakr al-Baqdadi (actual cabecilla del EI), después de ocupar algunos pueblos y localidades en la parte norteña de El Líbano, en las que se sentía un vacío de seguridad”, ha revelado.

Además, agrega el cabecilla del EI, paralelamente a esas operaciones, la ciudad norteña de Trípoli y sus alrededores testificaban operaciones similares con el fin de facilitar la materialización de “nuestros grandes planes”.

De igual manera, Abu Hoda ha anunciado sus vínculos con parlamentarios libaneses como Jaled Al-Zaher, así como los sheijes salafistas como Kamal al-Bustani, entre otros; además de su habilidad en construir bombas y materiales explosivos.

Por medio de un comunicado emitido el pasado jueves, el Ejército de El Líbano informó el arresto de Abu Hoda y su hijo en un apartamento durante una redada en la región de Diniye, en el norte del país. Durante esa operación, las fuerzas de seguridad libanesas, también, incautaron armas, municiones y cinturones explosivos.

Miqati y su hijo están acusados de la decapitación de Ali Sayed, un militar libanés quien fue capturado junto con ocho soldados por los integrantes del EI y el Frente Al-Nusra, vinculado a Al-Qaeda, durante enfrentamientos a comienzos de agosto en la localidad fronteriza de Arsal, a 90 km de la ciudad capitalina de Beirut y sus alrededores, limítrofes con Siria.

El Líbano sufre desde 2011 actividades terroristas de una crueldad inusual, en relación con el conflicto que desde ese año enfrenta a Siria con fuerzas patrocinadas por distintos países occidentales y regionales encabezados por Estados Unidos, Arabia Saudí, Turquía y Catar.

El pasado mes de septiembre y en declaraciones al diario francés ‘Le Figaro’, el general y comandante del Ejército libanés, Jean Kahwaji, manifestó que las operaciones terroristas en su país buscan abrir una salida al mar, razón por la cual los terroristas buscan “unir los montes de Al-Qalamun a Arsal, y de ahí a la región de Akka (Acre, norte de los territorios ocupados palestinos)”.

A este respecto, el Movimiento de Resistencia Islámica de El Líbano (Hezbolá), junto al Ejército libanés, ha realizado operaciones contra los grupos armados extremistas en Siria, patrocinados desde el extranjero, con el objetivo de impedir la extensión del terrorismo a El Líbano.

Texto y foto/Hispantv