Liverpool y Tottenham protagonizarán este sábado la primera final inglesa de la Champions en 11 años, la cual devolverá el trono de Europa a la nación con la liga más exigente del planeta, según la opinión de expertos.
El partido que acogerá el majestuoso estadio Wanda Metropolitano, donde pondrán fin a la hegemonía de los clubes españoles que se habían adueñado de la Orejana desde el año 2014.
En una ocasión, el Barcelona (2015) y en cuatro el Real Madrid (2014, 2016, 2017 y 2018), el gallardete continental parecía tener casa fija entre los dos grandes del país ibérico, pero este año ambos equipos decepcionaron y dieron paso a un nuevo orden, dictado desde la isla británica.
El Liverpool fue el primero en ganar su boleto a la finalísima y lo hizo apelando a la épica, al remontar un 3-0 en el partido de ida frente al poderoso cuadro azulgrana del considerado mejor jugador del mundo, el argentino Lionel Messi.
En su feudo de Anfield, los discípulos del técnico alemán Jurgen Klopp consiguieron un 4-0 que dejó tendido en la lona al elenco de Ernesto Valverde.
Una hazaña en toda regla, que tuvo como protagonistas al belga Divock Origi y al neerlandés Georginio Wijnaldum con par de dianas.
Por su parte, el Totttenham del entrenador Mauricio Pochettino, no fue menos y también vino de abajo para dejar con la boca echa agua al sorprendente Ajax de Ámsterdam.
La escuadra holandesa, integrada por noveles y talentosas figuras, se había convertido en la némesis del Real Madrid y la Juventus, dos de los favoritos precompetencia.
Y en la semifinal ante el cuadro londinense, los Guerreros lograron un éxito por 1-0 como visitantes en la ida, con el cual tenían el boleto para la discusión del título casi en la mano.
Pero en la vuelta los Spurs obraron el milagro y, tras comenzar debajo 0-2 (0-3 en el global), el volante brasileño Lucas Moura se vistió de héroe y marcó un hat trick que dio el pase a los ingleses.
Una final inédita entre uno de los equipos históricos de la competición: el Liverpool, cinco veces campeón (1977, 1978, 1981, 1984, 2005), y el Tottenham, debutante en esta instancia.
Por la plantilla de los ‘reds’, las principales esperanzas de llevarse a casa el codiciado trofeo de plata recaerán en los pies de dos jugadores africanos: el egipcio Mohamed Salah y el senegalés Sadio Mané.
Ambos atacante liderarán el intento por revertir el revés sufrido hace un año ante el Real Madrid, en duelo en el cual el exportero Loris Kariuz hizo las veces de villano.
Del otro extremo el estratega argentino, quien ha recibido halagos desde todos los rincones del planeta, se encuentra ante la disyuntiva de utilizar o no a un todavía tocado Harry Kane, capitán y goleador del equipo, pero ausente en cuartos y semifinal.
De ganar el club de la ciudad de los Beatles, llegaría a su sexta conquista europea, que lo ubicaría detrás del Milán italiano (7) y el Real Madrid (13) en el tercer puesto de los máximos ganadores históricos.
El Tottenham, por su parte, estrenaría el casillero de campeón del Viejo Continente e inscribiría su nombre junto al de otros 22 conjuntos que ostentan esa condición, de ellos 10 en una oportunidad.