La localidad nipona de Taiji inició este jueves la campaña anual para cazar delfines que concluye en una matanza dentro de una bahía.
Ese cruel episodio quedó para la posteridad en el documental The Cove, ganador de un Oscar en 2009.
El año pasado, capturaron y luego mataron a 983 mamíferos acuáticos para lo cual utilizan un método consistente en utilizar señales acústicas que empujan a los animales hacia una rada donde los ultiman sin misericordia.
Para este año, la Agencia japonesa de Pesca autorizó la captura de mil 873 ejemplares, lo cual puso en alerta a organizaciones ecologistas que ya tomaron puesto para evitar la matanza.
En cualquier caso, las autoridades crean condiciones de seguridad para evitar encontronazos entre defensores de la naturaleza y pescadores.
Una parte de la cacería finaliza en restaurantes o en la mesa del mejor postor, mientras que los acuarios japoneses compran los sobrevivientes de la carnicería.
Doce barcos pesqueros de la cooperativa de Taiji integran la flota dedicada a tales fines y en la primera jornada, según consignan fuentes ecologistas, regresaron sin presas.
La Asociación Japonesa de Zoológicos y Acuarios prohibió a sus afiliados comprar cetáceos capturados en la localidad japonesa, tras un aviso de expulsión de la agrupación mundial de ese tipo de instalaciones.
Sin embargo, ha sido más fuerte la tradición de los pescadores de Taiji, localidad a la que consideran la meca de esa práctica sanguinaria de acorralar y más tarde matar a los delfines.