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Los abusos del ejército británico: mujeres en Kenia denuncian a soldados de violaciones

La Unidad de Entrenamiento del Ejército Británico en Kenia actualmente es investigada por el comité de Defensa, Inteligencia y Relaciones Exteriores de la Asamblea Nacional del país africano, en donde mujeres han denunciado a los soldados del Reino Unido de violación desde hace décadas.

El medio CNN retoma los testimonios de algunas de las denunciantes y sus familias, como el caso de la joven Marian Pannalossy, de diecisiete años, cuya madre, Lydia Juma, presentó una denuncia en contra del ejército de Reino Unido tras haber sido violada por un soldado.

Juma falleció en 2013 sin que se hiciera justicia en su caso. El nacimiento de su hija, de piel mestiza, provocó que su pareja la abandonara, pues en su cultura la violación es un tema tabú.

Marian Pannalossy fue condenada así al ostracismo. Actualmente vive sola en Archer’s Post, esto porque su comunidad la segregó debido a su color de piel.

La investigación que la asamblea de Kenia encabeza en contra del ejército británico ha recibido vastas quejas de abuso, explotación y agresiones sexuales. Se prevé que para finales de mes acudan a audiencia los funcionarios de la unidad de entrenamiento y el Alto Comisionado británico en Kenia, de acuerdo con el medio.

Otro caso retomado por el medio es el de Agnes Wanjiru, una mujer keniana de 21 años que desapareció en 2012 luego de entrar a un hotel con un soldado británico y cuyo cuerpo fue hallado más tarde en una fosa séptica. El soldado que fue identificado como el presunto responsable del asesinato no ha enfrentado cargos penales.

Según el reporte, Kenia recibe aproximadamente 400.000 dólares anuales para permitir el entrenamiento de soldados británicos en su territorio, principalmente en las reservas naturales ubicadas en los condados de Laikipia y Samburu. El acuerdo se renovó en el 2021 pese a la fuerte oposición local.

Las denuncias de violaciones por parte del ejército británico se remontan a 1950, sin embargo, en 2007, el Ministerio de Defensa de Gran Bretaña desestimó las denuncias de violación presentadas por 2.187 mujeres argumentando la falta de pruebas y asegurando que las existentes fueron fabricadas. Las autoridades no realizaron pruebas de ADN a los menores concebidos por las violaciones, informó el medio.

La renovación del contrato para el entrenamiento militar en Kenia trajo, empero, una posibilidad de avanzar hacia la justicia de las víctimas. Con el nuevo acuerdo, los soldados británicos pueden ser demandados ahora en tribunales kenianos por cualquier irregularidad.

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